"Me acuerdo mucho de cómo nació Matías, que fue un intruso en la tira de Prudencio. En un primer momento fue un salvavidas, porque necesitaba un chico para hacer un chiste que se me había ocurrido sobre algo infantil, y no se me ocurría nada con el guapo Prudencio. Y se fue convirtiendo en intruso cuando yo lo quería sacar y los chistes buenos se me ocurrían para él y no para el guapo. Entonces un día decidí sacarlo de la tira, y la empeoré, porque incursionó la madre que lo llamó diciéndole: `Matías, vení a tomar la leche`. Ese día lo bauticé, porque hasta ese momento no tenía nombre, era un pibe que estaba en la calle jugando. Le puse nombre para eliminarlo de la tira, dejé correr un tiempo, y después de veinte o veinticino días pensé que no estaba mal que apareciera un pibe en mi tira y que diera el punto de vista de un chico. Porque estaba el punto de vista de un adulto varón, la mina del guapo daba la de una mujer, había un farol que conversaba con el guapo y era como una cosa onírica, surrealista, entonces me pareció que no estaba mal el punto de vista de un chico. Al que había que controlar, para que no tomara el poder nuevamente. Pero pasó lo inevitable: hizo lo que se le dio la gana. ¿Viste que en televisión dicen que cuando hay chicos o perros se comen la cámara? Bueno, me pasó éso, apareció un chico... y me cuidé de no ponerle un perro (risas)".