Uno de los propósitos de la Semana del Arte fue reactivar el mercado local del arte, considerado hoy inexistente. En lugar de culminar la noche de los museos del viernes como estaba programado (lo que fue imposible debido al paro municipal), la subasta de arte titulada La Fugaz se realizó el sábado en el Centro de Expresiones Contemporáneas (Bajada Sargento Cabral y el río). Organizado entre el Museo Castagnino MACRO y el CEC, el evento se desarrolló en tres partes. "Había, por un lado, venta de garage, a la que cualquier persona podía llevar su obra, de producción propia o que tuviera en la casa", contó Mariana De Matteis, guía de la IV Semana del Arte. "Si alguien tenía algún cuadro y lo quería vender, lo llevaba, le ponía su precio y la venta era directa: el vendedor arreglaba directamente con la persona interesada. Había además un espacio para galerías -relató-. Ahí la venta era por medio de galerista. Y estaba también la parte de subasta, que subastó un cuadro de Adolfo Nigro y obras de Graciela Sacco o de Lila Siegrist. Había obra multiejemplar, en fotografía o grabados: Hugo Cava vendió una obra que era la primera de una serie de 10. Las obras que se subastaban sin base se vendían muy rápidamente y a muy bajo costo. Un martillero, de moñito y con martillito, iba diciendo: ¿Quién da más, quién da más...?; era muy divertido. Después hubo obras con base y eso fue un poco más complicado".