El Centro de Salud Santa Lucía cumplió 10 años y la gente del barrio se reunió el viernes desde las 10 de la mañana para compartir una mateada.La historia del Santa Lucía está profundamente ligada a la movilización de los habitantes del barrio y al reclamo constante para que se construyera un centro que les brindara atención, ya que el acceso al Policlínico San Martín, ubicado en Chubut al 7.100 era casi nula. De allí que la jefa del centro, Claudia Gómez, define que la apropiación de los vecinos en cuento a la institución "está dada desde el vamos, el centro es de ellos y está por ellos".

Claudia Gómez asegura que la población que allí concurre "proviene de un área mucho mayor al límite geográfico que debería atenderse. No sólo viene la gente de Santa Lucía, también otras personas que se mudaron y que viven en otros distritos, como el Noroeste". En realidad ella expresa un concepto fundamental: quienes pueden elegir el lugar donde concurrir lo hacen y si se sintieron "alojados" se quedan.

Cuando los habitantes del primer barrio Santa Lucía desarrollaron una resistencia que logró que se construyan las viviendas en las que hoy habitan, eran pacientes del Policlínico San Martín, ubicado en Chubut al 7.100. "Ya en la nueva ubicación se dieron cuenta que a pesar de estar a ocho cuadras del lugar, la accesibilidad era nula porque la Circunvalación es una gran barrera, y lo es en todo sentido", asegura la directora del centro que, además señala, que hasta la zona sólo llega una sola línea del transporte urbano de pasajeros, la 153 negra, que no entró nunca al barrio durante la noche. "No se trata de cuestiones de inseguridad recientes -dice Claudia Gómez , fue así desde siempre". Como llegar al San Martín era tan costoso los vecinos volvieron a organizarse y a pedir la construcción de un efector de salud para Santa Lucía, algo que se realizó a los pocos meses de inaugurado el barrio porque se destinó la construcción que había sido pensada para el destacamento policial. "Por eso es que la apropiación de los vecinos hacia la institución está dada desde el vamos, el centro está y funciona gracias a ellos", sigue Gómez.

Justamente ese sentido de pertenencia es el que el equipo de salud del centro considera un insumo con un valor fundamental porque existe un vínculo muy cercano con ellos "para poner en práctica el derecho universal a la salud como la concebimos", explica la directora y aclara que se entiende a la salud -no como la posibilidad de no estar enfermos sino como la de adquirir capacidades de lucha contra esas condiciones que los hacen enfermar-. "Y en un barrio como este tenemos en claro que lo que enferma son esas condiciones. Creo que la gente ve en la institución un lugar donde alojarse y poder tramitar todo esto que la enferma, más allá de las cuestiones biológicas. Creo que se trata de luchar, todo el tiempo, contra lo que el sistema va dejando y, que por otra parte, va mucho más rápido que nosotros".