La desazón era grande en las filas de la agrupación Crece. Es que venían militando, trabajando y soñando con la ilusión de comandar los destinos de Central. No se les dio y, quizás, tampoco esperaban el margen por el cual fueron superados. Con tristeza, algunos trataron de buscarle respuestas a la derrota. Coincidían con los dichos de Speciale sobre el manejo del fútbol. La figura de Belloso atrajo a los socios mucho más que la de Darío Scotto, el candidato a director deportivo del Crece. "El pejerrey entra mucho más en la gente", reconocían.

"Se ve que nosotros tenemos un discurso que, a veces, no es aceptado por la gente. Tendremos que analizar, teníamos los huevos, la plata, los jugadores, esperemos que ellos lo tengan todo para esta nueva etapa que viene muy complicada", explicó Broglia, al mismo tiempo que entendió que la oposición del club "debe controlar".

Si bien reflexionarían de manera más profunda el traspié en la sede de la agrupación, ubicada a una cuadra del Gigante, aseguraron que también los perjudicó la relación estrecha que les adjudicaron con el socialismo. "Peleamos desde la última elección contra ese aparato", decían fuera del bar del club. Alimentando esas diferencias políticas que distanciaban a las dos agrupaciones, Belloso se desató cuando sobre calle Avellaneda entonaba eufóricamente junto a cien hinchas canayas: "Rosario, maravilloso, Rosario sensacional, Rosario es peronista, peronista y de Central".