El reencuentro de una generación, respaldado por una obra que es el resultado de años de trabajo: así resumió Daniel Scheimberg anteayer, en una conversación informal vía Skype con la curadora de la muestra Pinturas, la inauguración de su primera exposición individual en 28 años en Rosario, su ciudad natal, donde fue una figura clave de la movida artística de fines de los 70 y comienzos de los 80.

"Fue el reencuentro de una generación, y de una generación que está. Algunos, como dije, no están, pero muchos sí. Hubo mucho afecto y mucha historia. Sigo emocionado. Pueden gustar mucho mis cuadros en otra parte del mundo, pero no con este contexto. Y si no estuviera esta obra, modestia aparte, no tendría el mismo peso", afirmó.

Incluso lamentando los minutos faltantes en el DVD, Scheimberg destacó la presencia de su película Hacia un cubismo cinematográfico (1978), una explicación del cubismo accesible a todo público, porque allí él enuncia, ilustrándolos con imágenes, los conceptos estéticos y toda la revisión de la relación entre percepción y pintura desde el Renacimiento que después plasman sus obras. Y hay que agregar que con treinta años de oficio que se notan; el logro artístico es indudable. "Es la obra de un tipo que se mata, se mató y se matará pintando", admitió el autor, quien expondrá en el CC Recoleta a fin de año.

* Curadora de Pinturas, en el CC Parque España hasta el 10 de abril.