El comisario Néstor Fernández había sido sindicado como el propietario de las claves que permitieron averiguar las patentes de los vehículos -de la Policía de Seguridad Aeroportuaria-, que seguían al acusado de narcotráfico Carlos Ascaíni. Por su parte, el cabo Carlos Quintana habría atendido el llamado del propio Ascaíni en la comisaría de Villa Cañás donde éste pedía que "le saquen de encima" y le averigüen "quiénes me están siguiendo a todos lados". En su momento, Fernández se había presentado voluntariamente ante los Tribunales para tratar de explicar que si bien las claves informáticas eran suyas, alguien se las había usado para hacer las averiguaciones.