El trabajo experimental incluye numerosas y variadas tecnologías; cultivo de células neuronales y células madre, y su análisis bajo un microscopio donde miden la longitud y número de neuritas, la morfología y características funcionales de las células. "Las células en cultivo con las que trabajamos son células diferenciadas, de forma redonda, y cuando uno le cambia las condiciones, se detiene el crecimiento y se induce la diferenciacion neuronal y cambian su forma", detalló Banchio. También realizan un análisis molecular, donde estudian lo que ocurre al interior de la célula.

Los investigadores destacaron la importancia de este trabajo. "Es un paso muy importante que no es fácil lograrlo. A partir del cerebro de un ratón, pudimos extraer las células madre y ponerlas en cultivo, obteniendo neuroesferas que son cultivos enriquecidos de células madre". Los próximos pasos son esperanzadores. "Una vez que determinemos como regular este fenómeno de diferenciación y lo caractericemos en células en cultivo, analizaremos si es posible mejorar la recuperación de tejidos cerebrales dañados en ratones. Y aunque se requerirán unos cuantos pasos hasta llegar al ser humano, los resultados que obtengamos serán un avance muy importante", sostuvo Girardini.