"La cuestión de la infancia es una emergencia que hemos naturalizado en términos de la naturalización de la crueldad, con cuadros de situación de niños durmiendo en la calle, que estén chorreando pegamento en el centro de Rosario, porque nos vienen a mostrar lo que les está pasando. En ese caso, el espacio público es el escenario donde se refleja la trama de legalidad que nosotros como sociedad estamos construyendo, esa trama se refleja en el cuerpo de nuestros niños, en esos niños sufrientes, que mueren en enfrentamientos porque tienen armas y nadie les dijo que con las armas no se juega", dijo Silvia Lampugnani, del Foro de Extensión sobre Infancia de la Facultad de Psicología de la UNR. "Nos estamos olvidando del principal derecho de la niñez que es el derecho a su infancia, el derecho a que nosotros como adultos garanticemos las condiciones que le permitan crecer, ser felices, jugar. No necesitamos que una Convención nos diga lo que es un niño, y si necesitamos eso es porque estamos gravemente enfermos como sociedad", consideró Lampugnani. "La lógica que se impone es la de un grupo minoritario que piensa que hay muchos que son desechables. Si no hay una institucionalidad que soporte sus derechos, no hay sistema integral, cuando nos llenamos la boca hablando de sistema y hay niños que no tienen a quién recurrir, que están dos meses sin baños en el lugar que el Estado genera para que lo cuiden. Necesitamos instituciones que no reproduzcan la segregación, que estemos tratando a los chicos como si fueran un deshecho".