Consolidado como un nombre respetado dentro de la siempre fructífera escena musical neoyorquina, Leo Genovese ya es una voz autorizada para analizar un movimiento al que, desde el sur, suele teñírselo con un halo mítico. "La escena en Estados Unidos, para el caso de las músicas improvisadas, del jazz, de toda esta cosa medio de vanguardia, para las músicas underground y esas expresiones puras de corazón, es un lugar fantástico para estar", reconoce el pianista nacido en Venado Tuerto, que amplía: "Ahí está lleno de brotes rebeldes que tienen mucho para decir, hacer y compartir. Puntualmente en Nueva York, en Brooklyn donde estoy o en Manhattan, se da una gran junta de ideas, opiniones de gente de todo el mundo. Es como una sucursal de todos los mundos. Tengo amigos de un montón de naciones, que nunca hubiera imaginado tener, y casualmente son músicos, poetas, pintores. Estar enchufado a ese mundo, a esa fuerza creativa, es algo muy saludable para mí, por lo menos en estos años".