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Y ahora ¡qué? Pero ¿qué?, ¿What? ¿Quoi?, ¿qui, quae quod? ¿Vos? ¿Che? ¿Quepe? ¿Ma? Ya no sé en qué idioma preguntarle, lector. Nos habíamos hecho una ilusión, y era eso, una ilusión. Como dicen Les Luthiers: “Nos pasaron por encima y nos ganaron, nos dejaron... en derrota”.

Pero bueno, lector, esas cosas pasan... miren si no a los alemanes..., nos hacen cuatro a nosotros y después no pueden hacerle uno solo a España, que perdió con Suiza, que perdió con Chile, que perdió con Brasil, que perdió con Holanda, que perdió con Argentina (en el ‘78)... o sea, no siempre gana el mejor, pero de todas maneras nadie se preocupa porque gane el mejor, sino porque ganemos nosotros (sea quien sea ese “nosotros”).

Pero, bueno, hay que verle el lado bueno al asunto, para lo que hay que suponer que hay un lado bueno. ¡¡¡Sí que hay un lado bueno, lector, sí que hay un lado bueno!!!, esta vez no nos tocó a nosotros, ese lado, ¡pero hay! Y capaz que dentro de cuatro años Messi explota, o mejor aún, hace explotar la red, y Tevez, y también Higuaín, o Milito, o Palermo, o Pastore. O el Batistuta, el tanque Rojas, Luis Artime, o....¡¡¡Diego!!! (más de uno decía que lo incluían en el equipo, su sola presencia angustia a los rivales).

Sea como sea, dentro de cuatro años hay otro mundial, y dentro de menos, hay otro, de básquet. Y usted puede jugar con sus amigos el mundial de metegol. Y con su... con quien usted quiera, “el mundial de sexo”.

Y además piense que en el mundial de la economía esta vez no nos toca la zona de la muerte ( mal llamada “zona del ajuste”).

Mientras tanto, seguimos en el Apertura..., abriéndole una sonrisa, si nos deja, cada sábado

Nos vemos en una semana.