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El sábado pasado, lector, decíamos que era un “suplemento triste”. De verdad nos sorprendió y conmovió la muerte de quien era –sigue siendo– uno de los protagonistas de nuestra historia, o debo decir, para ser más preciso, de nuestra actualidad. Pudimos decir, mientras tratábamos de entender, que se trataba de un hombre que había “cambiado el debate” de los últimos tiempos, que había reemplazado el “no se puede”, el “estamos mal pero vamos bien”, el “estamos condenados al éxito”, por una nueva forma de pensarnos. Decíamos que se trataba de alguien “que supo abrir la puerta para ir a pensar”.

Y pasó una semana, lector, y en esta semana, en la que nuestra Presidenta expresó, con total claridad, la diferencia entre “difícil” y “doloroso” (continuando, nos parece, con esta nueva y saludable manera de hablar, claramente), digo, en esta semana pudimos pensar algo más. Pudimos meternos en otra pregunta, en “a ver ¿qué fue lo que pasó en estos años, que desde el “que se vayan todos” del 2001, con default, bancarrota, cinco presidentes en dos semanas, saqueos, corralito, y mucha angustia, pasamos a este nuevo presente que tendrá sus bemoles y sus sostenidos, pero sin duda es diferente. A aquel panorama desolador con el que esta nueva etapa histórica, que estamos viviendo, había comenzado. Porque nos parece difícil evaluar, enmarcar, pensar sobre un momento como el actual, si no lo ponemos en un contexto histórico.

Y entonces nos acordamos del retrato de Videla descolgado, del pago de la deuda al FMI, del canje de esa misma deuda con la mayoría de los acreedores, del nuevo contexto latinoamericano, del fin del ALCA, de la postura independiente comparada a la anterior, sumisa (un viejo chiste decía que “cada vez que en Washington llueve, Cavallo usaba su paraguas”)

Nos acordamos de que esta etapa comenzó cuando mucha gente sentía que “el gran mérito de Kirchner era impedir el regreso de Menem”, nos acordamos de la Corte Suprema y, más cerca, de las crisis internacionales, los conflictos agrarios, la ley de medios, el matrimonio igualitario, la Asignación Universal por Hijo..., que una mujer sea ministra de Defensa, que otra mujer sea electa Presidenta por primera vez en nuestra historia..., de los que lograron jubilarse, de los que vuelven a creer en la política como herramienta de transformación, del Bicentenario, del reconocimiento desde el Estado a algunos de sus artistas, a las instituciones de derechos humanos, a los pueblos originarios, en fin, a nuestra diversidad en general, porque si algo somos los argentinos, sin duda, es diversos.

Todo eso tiene que ver con esta etapa. De todo eso quisimos acordarnos esta semana. A nuestra manera, o sea, haciendo chistes

Nos vemos la semana que viene, lector.