Lector, qué lindo que es estar de vacaciones... unos días de playa, de sierra, de campo, de asado, de cibercafé, cada uno sabrá. Pero usted, que estuvo todo el año laburando, se merece unos días de reposo, fiaca, modorra, ocio excesivo, necesidad de reposo no resuelta, ganas de rascarse por tiempo indeterminado, profundo deseo de incumplimiento de tareas, morfeofilia, adicción al sillón, pigricia, desaplicación, inercia, holgazanería, vagancia, haraganería, lentitud, desidia, ignavia, dejadez, apatía, indolencia, moho, faranga, de “estar molleja”, o mirar las mariposas, de apoltronarse, ser un zángano, un fiacún, un esquenún. Puede tener almohadismo, postergación, procastinación, ocio. Le pueden decir workafobic, dormilón, primerodemayo, energíacero, yonolohagopuntocom, rascahigos, tortuga, que varios sillones tienen la forma de su culo. No le digo pereza, porque la pereza es un pecado, y desconozco si sus convicciones religiosas se lo permiten. Pero lo que es claro es que es el momento del año en el que usted dice: ¡a descansar! Y si nadie se opone, parte rumbo a sitios más afines a la ímproba tarea de ejercitar activamente el ocio, junto a su familia, o bien lejos de ella, cada uno sabrá cómo y con quién. Nosotros sabemos, lector, que a la hora de las vacaciones viene bien un suplemento sobre las vacaciones. Y por eso, no podemos ni queremos dejar de sumarnos a su bienestar, aunque sea coyuntural. Así que lo convidamos con unos bocaditos de humor, que además, no engordan. Hasta la semana que viene, lector.