Sábado, 6 de agosto de 2011 | Hoy
Por Rudy
¿Cómo anda todo eso, lector? ¿Está recién llegadito de las vacaciones de invierno y no se enteró de todo lo que pasó? ¿No sabe que en la ciudad de Buenos Aires volvió a ganar el PRO y para festejar hubo una impresionante suelta de globos, pero antes de las elecciones? Bueno, es una vieja costumbre que tienen muchos, festejar antes, por las dudas, porque después no se sabe. Es más, algunos partidos tenían la costumbre de regalarles cosas, a todos, a pobre y a ricos, a los pobres unas zapatilla antes, y a los ricos, un banco o una empresa, después. Si no me cree, ¿usted en los ’90, dónde estaba?
Hubo otros tiempos en los que el voto era obligatorio, pero el Estado tenía un servicio maravilloso, el “voto tercerizado”, entonces uno llegaba, y en la mesa le decían “no se hubiera molestado en venir, usted ya votó”, y el tipo se iba, aunque a veces se quedaba y preguntaba: “Si es usted tan amable, ¿me podría decir por quien voté?”, a lo que la autoridad de mesa respondía: “¡Señor, el voto es secreto, ¿cómo le voy a decir eso?!”. Si usted no me cree, ¿dónde estuvo en los ’30?. Ah, ¡no había nacido? Bueno, yo tampoco, pero era así, inclusive podía usted haber votado sin necesidad de haber nacido, y también votaba gente a pesar de que las circunstancias biológicas se lo impidieran (ausencia, enfermedad, muerte). ¡Bueno, es que no había computadora!
Pero hay una posibilidad electoral que a veces, con más frecuencia de las que uno quisiera, ocurre: ES cuando en lugar de asumir el gobierno el partido que gana, asume el que pierde. ¡En serio, eso pasa! No, no me estoy refiriendo a que un partido gane la primera vuelta y luego pierda en el ballottage, eso es parte del juego. Lo que digo es cuando un partido gana, pero gana en serio, y otro pierde, y termina gobernando el que perdió. Si no me cree, ¿dónde estaba usted en el 2001? Mire, en 1999 ganó las presidenciales la Alianza, con su espectacular programa de gobierno “ dicen que soy aburrido”, y una consigna algo más profunda, detrás “si no me votan a mí, gana Duhalde o Cavallo”. Duhalde salió segundo, Cavallo, tercero. ¿Y qué pasó a mediados del 2001? ¡Cavallo superministro de economía! ¿Y que pasó en el 2002? ¡Duhalde presidente, y sin que haya elecciones de por medio, les alcanzó con perder las del ’99!
Usted dirá, lector, que la Argentina es un país muy raro, que pasan cosas que en el resto del mundo, donde todos son tan serios, jamás podrían pasar.
¿Dónde está usted ahora? Mire: En Grecia y en España, los socialistas terminan sosteniendo planes económicos más neoliberales que los que los propios neoliberales se animarían a proponer, Y en las últimas presidenciales de EE.UU., en 2008, ganó las elecciones Obama, del Partido Demócrata, con un plan de salud como parte fundamental de su proyecto, y un programa, digamos que progre. Y entre la crisis y los republicanos, que perdieron, le terminaron imponiendo un ajuste que.. que ¡¿qué le voy a contar a usted, elector, si vive en la Argentina, lo que es un ajuste?!, ¿se acuerda? (Si tiene más de 30 años, y no se acuerda, usted está en otra parte, que lo disfrute.)
Como creo que usted está acá, leyendo este suplemento como todos los sábados desde hace ya casi 24 años, y hemos recorrido juntos, y seguimos recorriendo, un largo camino, muchacha, y muchacho. Esta semana vamos a explorar “The ajuste”, que sufren los norteamericanos, y ni siquiera pueden decir “yanquis go home”, porque ya están ahí. Como siempre, a nuestra manera, con chistes.
Hasta la semana que viene.
© 2000-2022 www.pagina12.com.ar | República Argentina | Política de privacidad | Todos los Derechos Reservados
Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux.