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¡Qué maravilla, lector, qué maravilla! “¡Tenemos un arquero, que es una maravilla, ataja los penales, sentado en una silla!” ¿Se acuerda, lector, cuando en la cancha se cantaba esto? ¡Eramos todos muy ingenuos, ¿no?! Pero el tiempo pasa, nos vamos volviendo perspicaces, defensivos, paranoicos, desconfiados, hipercolesterólicos, celosos y narcisitos. Bueno, no es para tanto, un poquito más posmodernos, nomás.

Y por eso mismo las viejas maravillas no corren más. Están obsoletas, vencidas, fuera de línea, discontinuadas y –sobre todas las cosas– destruidas. Una sola, la pirámide de Giza, en Egipto, quedó en pie... sobrevivió a Mubarak.

Y bueno, habría que crear nuevas maravillas, o bien elegir dentro de las naturales. Y, por supuesto, hacer campaña para que la gente las vote. Y la Argentina no podía quedarse afuera. Además, en esto de hacer campaña venimos muy entrenados. Este año fue muuuuy político, que las provinciales, que las internas, que las PASO, que las de la Capital, que las presidenciales, que las de Boca, que las negativas, que las apocalípticas, que las de gestión, que las de indigestión, que las a favor de la despenalización del aborto, que las de a favor de la Inquisición. ¡No nos faltó nada! Hubo un candidato que dijo “quiero ser presidente”, dos que dijeron “¡yo creo en vos, Francisco, y yo, en vos, Ricardo!” y no era que se estaban casando.

Entonces, hubo que elegir, podía haber sido el wifi gratis, Messi, que Boca vaya primero después de tantos años, el milagro de Altamira, los globitos de Mauricio, algunas de las señoritas que cualquiera puede ver saliendo a la puerta de su casa, el mate, ¡el dulce de leche, el tango, el folklore, nuestro rock!, ¡tantas cosas y personas extraordinarias tenemos, que podríamos postularnos para que las siete maravillas sean nuestras. Pero bueno, calma, calma... una, y todo bien. Entonces, claro, ¡las Cataratas!

Porque además los tenemos de socios a nuestros hermanos do Brasil. ¡Pelé y Maradona juntos, Messi y Ronaldinho! ¡Quién nos para, quién nos para!

Y así fue, ganamos, somos maravillosos, tenemos verdaderas cataratas. Mientras otros se tienen que conformar con el astigmatismo o una leve miopía, ¡campeones!

Festejemos, lector, que siempre es bueno tener algo para festejar

Nos vemos la semana que viene.