¿Cómo anda lector? ¡Estamos cerca del Día de los Enamorados! ¡No me va a decir usted que no se conmueve cada vez que se acerca el 14 de febrero! ¡Mire, yo todavía no entiendo cómo no hicieron que ese día sea feriado! ¡Pero no feriado nacional, ni municipal, ni bancario, ni mucho menos asueto administrativo! ¡Feriado mundial! ¡Interplanetario! ¡Intergaláctico! Porque el amor supera todas las barreras, incluso la atmosférica, la estratosférica. ¡El amor sobre toda diferencia social, dentro del calendario, cada día se va, a pesar de las dudas y del qué dirán!, como decía Rodrigo.

Sí, y no sólo el 14 de febrero, también el 13 de junio, San Antonio, que es el que ayuda a las chicas a conseguir novio, así después San Valentín puede mantenerlos enamorados. ¡Y el 19 de abril, San Expedito, que es el que ayuda a San Antonio para que a ese novio lo consigan rápido! ¡Y el 7 de agosto, San Cayetano! Porque, según se afirma hoy en día con precisión científica, “mantener el amor es un verdadero trabajo” (por favor, amigos opositores, no se confundan ahora y exijan que la falta de pareja se sume al índice de desocupación), entonces, cómo no celebrar al patrono del trabajo, que es quien nos ayuda junto a sus otros colegas a mantener vivo “el fuego de tu amor”, como decía San Dro.

¡Es más, tendría que haber “feriados puente” para que los enamorados puedan disfrutar su “luna de miel” (o “luna de aspartame”, los que hacen dieta), el día antes y el día después de cada santo, esos “puentes” son ideales para que una pareja se saque fotos sobre ellos, ¡imágenes que atestigüen al mundo su felicidad eternamente, momentánea!

Sin embargo, querido lector, la gente parece haberse olvidado de la importancia del santoral en esto del amor, y ahora, todo lo contrario, busca lleno de esperanzas el camino que los feisbuk prometieron a sus ansias.

El amor viene tecnológico. Se envían corazoncitos virtuales y emoticones de compromiso.

El varón ya no vence más a un dragón para conquistar a su amada, sino que le pide que sea su contacto. La dama que pudorosamente se escondía tras el velo, ahora se esconde tras el photoshop, o simplemente usa una foto de su sobrina, su hermana menor, ella misma pero hace mucho, ella misma pero con otra nariz, otros ojos, otra ropa, otros kilos. Y él, en vez de ser “Don Quijote” es ahora “el hombre invisible”, que desaparece de pronto, quizás en busca de otras misiones, amores, touchandgo, lo que dure menos.

Así estamos, lector, la arroba ha reemplazado al corazón.

Y nosotros aprovechamos la oportunidad para hacer los chistes más amorosos que se nos ocurran.

Hasta la semana que viene, lector.