¿Cómo anda, lector? ¡Qué semana, eh! Usted me dice que no, que es una semana normal, como todas, sin nada en particular. Se ve que usted no viaja en subte... Digo, si viajara, quizá, sólo quizá, se sentiría usted, digamos “poco deseado”, como que alguien lo rechazó, como que “lo devolvieron”.

¿Vieron como en esas antiguas novelas en las que el novio, devenido marido después de la boda, descubre que su mujer no le gusta o que ya no era virgen –sí, en algunas novelas existían las vírgenes, y no eran de ciencia ficción– y la “devuelve” deshonrada, a la casa de sus padres? Bueno, algo así sentimos los porteños cuando nuestro galante gobernador, ese que es capaz de imitar a Freddie Mercury para seducirnos, o sacarse el bigote si las circunstancias así lo exigen, de pronto nos dice que “así no nos quiere”.

Y los porteños le preguntamos: “¿Cómo, Mauricio, no era que no te importaba nuestro aspecto, ni nuestra condición social, ni nuestro dinero? ¿No era que ‘somos bienvenidos’, no era que ‘vamos bien, vamos bien’?”. El año pasado nos regalabas globitos amarillos como promesa de algo mayor, pusiste a un rabino para mostrar que tus intenciones con nosotros eran serias... ¿y ahora no te gustamos más?

Y él podría contestarnos que le gustamos mucho cuando vamos en bicicleta, pero no le gustamos nada cuando nos metemos en el subte, porque ahí, qué sé yo, es todo como más... subterráneo. Y él solamente nos ama al aire libre. O podría decir: “Ustedes me eligieron a mí, ¡pero también la eligieron a ella! Así que ahora, si quieren pasear en subte, que los lleve ella!”. O podría decir: “Yo los quiero, pero necesito un tiempo, digamos

otros 4 años”. O podría no decir nada, y llevar el caso a la Justicia. ¡A la Justicia!

Mauricio: lo único que queremos tus porteños es que nos lleves a pasear en subte, que nos quieras, que nos respetes, que nos acompañes en la salud o en la enfermedad, en las vacaciones o en las clases. ¡Que te hagas cargo de nosotros hasta que las elecciones nos separen!

Y si así no lo hicierais, te perseguiremos al grito de “¿Nosotros qué somos, nosotros qué somos?”.

También esta semana es el Día Internacional de la Mujer. ¡A todas ellas, un feliz día, feliz semana, feliz mes, feliz año, feliz década, feliz vida! ¡Y a todos ellos, también!

Ah, y esta semana, usted bien lo sabe, lector, está tocando Roger Waters. Toca sus temas más conocidos, y también los nuestros (Malvinas, por ejemplo). Llena 9 estadios de River... ¡y eso que está en la B! Seguro que cuando River vuelva a la A, Roger va a volver y va a llenar 25 estadios.

Bueno, de eso hablamos, lector, haciendo lo que nos gusta, y esperando que a usted también le gusten: chistes.

Hasta la semana que viene.