Sábado, 13 de octubre de 2012 | Hoy
Por Rudy
Lector, ¿nosotros qué somos, nosotros qué somos? No, no me malentienda, no le estoy preguntando por nuestro vínculo. Eso lo tengo bien claro, hace 25 años que tenemos una relación humorista-lector de las mejores, nos vemos una vez por semana, nos reímos juntos, nadie pregunta qué hiciste ayer o con quién te vas a reír mañana, todo bien. ¡Se trata de otra cosa, lector, se trata del origen, del origen, de... ¿de dónde venimos?!
Y por favor, nuevamente, no interprete ese ...de dónde venimos como una escena de celos, sino como una verdadera angustiante pregunta acerca del origen, no suyo ni mío (acá no somos racistas) sino de la Humanidad en su conjunto, de la vida en su totalidad, del todo, que siempre es más que la suma de las partes, o algo semejante, disculpe si me emociono, pero esto no es fácil, lector.
Porque uno siempre tuvo sus ideas... sea esa de que Dios creó al mundo en siete días y al séptimo descansó, o la de que el hombre desciende del mono y la mujer de la mona, y los niños de los monitos, o la del Big Bang, o la del Big Mac, o el Big Ben (que sería el nombre en inglés del primer hombre). Usted habrá escuchado la historia de Adán y Eva en el paraíso, o la de Juan Domingo y Eva creando un nuevo mundo en la Argentina. Usted puede creer que los niños nacen de un repollo, o que los trae la cigüeña de París, o que el papá le pone una semillita a la mamá y entonces la mamá se excita y entonces tienen relaciones sexuales, o la del ADN, que, ahora que lo veo, sólo le falta una a para ser ADAN (¿Adn querrá decir “Adán” en algún idioma extraterrestre?)
Pero resulta que los que descubrieron el ADN dicen que el tiempo que se necesita para desarrollar semejante molécula es mayor que el que lleva la vida en la Tierra, por lo cual tuvo que venir de otro lado.
O sea que nuestro primer tatarabuelo era un extraterrestre que vino, quizás escondido en un meteorito, huyendo del hambre, la injusticia, la intolerancia, o con fines turísticos.
¿Y se parecía a nosotros? Perdón. ¿A quiénes de nosotros? ¿Era alto, bajo, rubia, flaca, amarilla, blanco, ruludo, pelada, hormiga, chimpancé, agnóstico, fetichista, fóbica?
¿Y cómo fue que llegó? ¡Y si quiso ir a otro lado y le falló el GPS y cayó por acá! Usted vio cómo es la Tierra, lector, uno viene medio por casualidad. Pero después se quiere quedar toda la vida.
¡Mire si todos descendemos de un mosquito, lector! En ese caso, menos mal que no había espirales, ¡porque jamás hubiésemos nacido!
Me pone nervioso, lector, me pone nervioso. Consulté a un sacerdote amigo, el padre Goldstein, que me dijo:
“Rudy, hijo mío, ADN es la sigla de A Dios Negando, pero dado que somos todos hijos de Dios, una conclusión cierta es la del origen extraterrestre del ser humano. Para ser claro: desde hace miles de años que sabemos que al hombre lo creó Dios a su imagen y semejanza, cualquier religioso lo puede afirmar, Y, por supuesto, que Dios creó a la Tierra. Dado que Dios creó a la Tierra, no podemos decir que Dios mismo fuera terrestre, ya que nadie puede anteceder a su propia creación, lo que comprueba el origen extraterrestre de la vida humana”
No voy a decir que esto me haya aclarado las cosas, mucho menos el “hijo mío” con el que empezó el discurso, justo cuando le fui a preguntar por el origen de la vida.
Pero algo tenía que hacer, algo tenía que hacer. Nos juntamos con la gente de Sátira y decidimos que había dos posibilidades. Investigar a fondo, o hacer un suplemento de chistes. Decidimos investigar a fondo. Estos chistes son el resultado de la investigación.
Hasta la semana que viene, lector.
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