Hoy hablamos de nuestras tradiciones, lector, desde las más antiguas, como la de creer que estamos en otra parte (que inauguró Colón, cuando llegó a Latinoamérica y creyó que estaba en Japón), hasta las modernas, como creer que estamos en otra parte (y querer manejarse con dólares, que es la moneda de EE.UU., pero no la nuestra).

Creernos los mejores, los peores, ser todos directores técnicos, ministros de Economía, críticos de cine, víctimas de nuestros gobiernos (sea el gobierno que fuere), perseguidos por la mala suerte y compatriotas de Dios. Inventores de todo, los más vivos, los más buenos, los mejores cocineros y comensales. Y por si esto fuera poco, somos 40 millones de psicoanalistas. ¡Necesitamos terapia, necesitamos terapia!

Por eso, nos imaginamos, o mejor dicho, le pedimos a un psicoanalista, el Lic. Martín Freud (miembro activo del grupo Buffet Freud), psicoanalista popular, que nos diga cómo tenemos que hacer para psicoanalizar a los argentinos. Y él nos respondió, como corresponde. Con sus versos, ¿cómo iba a ser, si no, en este día?

Ahí va.

Cuarenta millones de divanes (Martín Freud)

Si a los cuarenta millones
quisieras analizar
vas a tener que aguantar
resistencias a montones
y muchos son remolones
a la hora de pagar.

Si de verdad te metés
en la cosa, preocupate:
vas a escuchar disparates
de la boca de estos tipos
en vez de Layo y Edipo
habrá bondi, tango y mate.

No es que seamos narcisos
somos geniales artistas
los mejores periodistas
dentistas, médicos, peones
y los cuarenta millones
podemos ser analistas.

Para tratar argentinos
hay que saber un montón
que si les das la ocasión
te cambian en un segundo
el retrato de Sigmundo
por el cuadro de Perón.

Bueno, lector, ¡tenga usted un buen Día de la Tradición!
Hasta la semana que viene.