Hoy Sátira Hoy
Por Rudy
¿Cómo le va, lector, cómo está? ¡Feliz cumpleaños!
Con este número, SátiraI12 cumple 26
años ininterrumpidos, consecutivos y continuos de existencia,
lo que nos da un enorme placer que queremos
compartir, tal como compartimos con usted este tiempo,
puesto que, como decían en un programa de TV allá en
los ’80: “Sin ustedes allí, nosotros aquí... ¿para qué?”.
Y vio que en los cumpleaños uno se junta con la gente
que quiere, o con la que puede. Y suele pasar que rememora
historias, o habla de la actualidad. O del futuro. O
de fútbol. O de salud. O de sexo. O de amor. O del futuro
de la salud del amor y el sexo gracias al fútbol.
O de la actualidad. Y a veces se queja. Por ejemplo, sabemos
que, hace pocos días, un diputado que quería ser gobernador
–y de vez en cuando nos sorprende con jingles,
consignas, afiches, alianzas... ¡todo menos ideas!– reclamó,
ante las carcajadas de sus colegas, que se “actualicen
los haberes jubilatorios dos veces al año”. Cosa que ocurre
hace varios años, lo que pasa es que el diputado en
cuestión no se actualiza dos veces al año, según parece.
Como humoristas, no sabemos si sentirnos halagados por
ese homenaje que nos hace el diputado o, por el contrario,
pensar que está haciendo “ejercicio ilegal del humor”, y
ponerle.,.. qué sé yo, una cautelar, ahora que están de moda,
porque si nosotros no hacemos política con nuestros
chistes, él no debe hacer chistes con sus políticas.
Pero sigamos hablando de nuestro cumple, de nuestra
historia.
Hace 26 años gobernaba Alfonsín... No, ése no, por favor,
lector, haga memoria, ¡era Raúl! Y en EE.UU., el presidente
era Ronald Reagan. ¡Sí, era ese mismo! Habían
pasado unos 12 años de la guerra de Vietnam, y los norteamericanos
se divertían peleando contra los extraterrestres
en V (la serie), o bien adoptándolos cariñosamente
en Alf. Todavía no existían Los Simpson.
Despelotes en el mundo había, ¡claro que había! Mire: en
Irak estaba Saddam, peleándose contra el Irán del ayatola.
¿Y a que no saben a quiénes apoyaba Reagan?
¡No, a Saddam! ¡En serio, lector, en serio! ¿Y los soviéticos?
¡También a Saddam!
¿No sabe usted qué quiere decir “soviético”? Bueno,
lector, a ver... era un sistema... no, bueno, una ideología...
no, bueno, un grupo de países... no, bueno... ¡mejor
pregúntele a su mamá o a su papá! Pero créame que
en los ’80 existían.
También había conflictos en Nicaragua, en los Balcanes
y en varios sitios de Africa. Y había dictaduras en Paraguay,
en Chile, en Brasil...
Pero, eso sí, cuando los norteamericanos se metían en alguna
parte, no necesitaban decir: “Bueno, lamentablemente
no nos queda otro remedio, ellos están sojuzgando
a su población, allí no hay democracia, nuestro ataque es
para salvar vidas, no para perderlas, tenemos razones humanitarias
para bombardearlos, lo hacemos para defender
el Premio Nobel de la Paz que supimos conseguir, esperamos
que nos acompañen en esta buena acción, lo hacemos
porque la ONU nos lo ha ordenado”, o similares.
¡Nananananá! En aquellos tiempos salía el presidente
vestido de cowboy y decía: “Somos los buenos, ellos
son los malos, Dios está con nosotros, y los comunistas
están con ellos. ¡Tienen nuestro petróleo, que injustamente
fue a parar al subsuelo de su país y no al nuestro,
y no lo quieren devolver! Los vamos a atacar, los vamos
a aplastar en nombre de Occidente, y además vamos a
hacer la película nosotros y se las vamos a vender sin
subtítulos!”. Y andá a cantarle a Sinatra.
Hoy los tiempos han cambiado. Si alguien quiere atacar
otro país, no puede ir así nomás y decirle: “¡Te pego y
llamame Obama!”. Nononononó. Ahora hay que demostrar
que el otro “se lo merece”.
No sé... que tiene armas de destrucción masiva que
pueden destruir el mundo, o que está dispuesto a inundar
el mundo con productos rico en grasas saturadas, o
que te miró mal y te dijo algo en árabe que no sabés
qué quiere decir, pero suena muy feo. ¡En esos casos,
sí! Pero si no se dieran, podés crearlos, imaginarlos, hacer
creer que sí pasaron, siempre y cuando cuentes con
los medios suficientes.
En eso estamos, lector. Lamentablemente nuestro 26º
cumpleaños coincide con el 12º aniversario del ataque a
las Torres Gemelas, y con el 40º aniversario del golpe de
Pinochet, en Chile, y con este nuevo intento de... de...
de... ¡no entendemos de qué, y no nos gusta!
Seguimos haciendo lo mejor que podemos, lector, y entramos,
con usted, en nuestro años número 27. ¡Salud!
Hasta la semana que viene.