Seis meses, lector, seis meses desde que el gobierno electo se hizo cargo, y no nos guste, o tampoco nos guste, es quien eligió la ciudadanía para que se encargue de arreglarnos las cosas de una buena vez, o para tener alguien a quien echarle la culpa de todo lo que pase o lo que no pase.

Y como han pasado seis meses, o sea medio año, es hora de que evaluemos, sobre todo porque nos gusta mucho evaluar, cuando los evaluados son otros, y aunque no tenemos la menor autoridad para evaluar a nadie, de hecho sí la tenemos, ya que hemos sido nosotros quienes los elegimos aunque no hayamos sido nosotros quienes los votamos.

O sea, lector, si ellos dijeron “Va a estar buena, Buenos Aires”, nosotros nos preguntamos ¿de verdad está buena? ¿O “está más o menos pero yo le daría igual” considerando que es la reina del Plata, y las reinas tienen ese sex appeal que da el poder?

Hubo un montón de historias, millones de historias en la ciudad desnuda, y también en la ciudad vestida. Carriles, hospitales “sólo para porteños”, guardias urbanas o no, centros culturales o no, villas que se erradican o que se radican, piqueteros, cartoneros, caceroleros, y todo lo que a usted se le ocurra, lector. Y nosotros, con nuestros chistes, no hacemos otra cosa que agregar un poco de leña al fuego: y bueno, hace frío.

Nos vemos la semana que viene, lector.