¡Y otra vez no es más si el Gobierno o si las entidades rurales, ya no es más si D’Elía o De Angeli, volvió el normal debate, volvió lo que de verdad importa, y el pueblo polemiza sobre lo que realmente es definitorio para nuestro futuro como país, lo que verdaderamente nos mostrará arriba o debajo del resto de las naciones, lo que más allá de ideologías o cuestiones personales nos define como argentinos a la hora de los hechos ¿Riquelme o Messi? ¿Cómo está Manu? ¿Cómo les fue a nuestras representantes de salto en ancho? Sí señor, las Olimpíadas, Pekín, Beijing o como sea que se pronuncie correctamente, es ahora la capital del mundo, el lugar donde nuestros créditos pueden seguir siendo débitos, donde la Argentina le mostrará al resto del mundo la clase de país que somos, o, si tenemos suerte, algo mucho mejor que eso.

Desde aquellas lejanas épocas griegas, en las que competían Esparta, Atenas, quizá Creta, Micenas, hasta los tiempos en los que compiten “productores de armas de destrucción masiva” vs. “víctimas de armas de destrucción masiva” ha pasado mucho, pero mucho, pero mucho, y ni siquiera nos atrevemos a decir mucho qué. Simplemente mucho.

Y esta vez, es en China. Sí, allá lejos (visto desde acá), en ese país donde todos entienden chino, y también hablan chino. Ese país en el que parece que el comunismo es lo más capitalista que hay; ese país que crece, crece y crece, y que cada año parece tener 10 millones de nuevos ricos, lo que me hace pensar que si los 40 millones de argentinos nos vamos todos para allá, en cuatro años seríamos ricos todos. ¿O me equivoco en algo?

¡Vamos vamos, Argentina, vamos todos, para Chinaaaaa!, podría ser el nuevo slogan electoral, que promete soja para todos.

Nosotros, los que semana a semana hacemos Sátira/12, suplemento que dentro de un mes va a tener 21 años, nosotros, los que somos muy buenos haciendo deportes (buenos sí, no le pegamos a nadie). Nosotros, los que apenas si sabemos una palabritas en inglés, no vamos a ir a China por ahora. Peeero vamos a seguir las Olimpíadas desde acá. Lo invitamos a verlas con nosotros, lector

Hasta la semana que viene