Cuando pa’ Chipre me voy

Por Rudy

¿Cómo está, lector? ¿Cómo lo trata la vida?

¡Qué semanita, eh!

Porque empezamos a puro feriado, que ya venían de la semana pasada. La gente no sabía qué hacer con tanto feriado, se preguntaba si podía guardarse algún feriado para el mes que viene. O para compartir con sus amigos el día de su cumpleaños, o para cuando venga a visitarlo/a el tío Pepe, la tía Juana o la hermosa Laura o el bello Bruno de Italia, Grecia o Madagascar.

Pero no ¡usted sabe cómo son estos feriados, lector; todos tienen fecha de vencimiento! Sólo se pueden usar el día que está establecido.

Sí, ya sé, me imagino lo que está pensando: pero Rudy, ¿como dice usted esto, si muchos de los actuales feriados, en vez de festejarlos el día que es, se pasan para el lunes? Es cierto, tiene usted razón, pero eso se puede hacer solamente porque lo decide el Estado, que tiene las herramientas necesarias para pasar un feriado a otro día sin que se arruine.

Y además, solamente por pocos días. Digo, todavía no escuché que pasaran, digamos, el 25 de mayo al 16 de agosto. Eso no queda muy bien patrióticamente hablando, pero desde cierta perspectiva turística podría andar. Si se junta el “Día de la libertad” con el “Aniversario de San Martín”, que es al día siguiente, y si esos días son “miércoles y jueves”, aprovechamos y hacemos feriado el viernes 18 de agoto. Conmemoramos el día que Vélez salió bicampeón por primera vez (1996), o el fin del festival de Woodstock (1969), o la retirada de Vietnam de las tropas australianas (1971).

Pero si fueran “martes y miércoles”, entonces, hagamos feriado el lunes 15 de agosto. De hecho durante mucho tiempo lo fue, pero dejó de serlo. Si consideramos que en 2008 ese día se inauguró el único canal de televisión de Liechtenstein, podríamos recuperar ese feriado, aunque sea cuando sea lunes.

Quizás usted, aunque ya me conoce, se esté preguntando a dónde lleva todo esto. No lo sé, estimado lector. Y no lo sé porque no tuve demasiado tiempo para pensarlo. Mire, esta semana, por ejemplo, estuve muy ocupado con el premio TC 2000.

Resulta que tengo gente cercana en Recoleta, y estuve tratando de recuperarles la capacidad auditiva y la de asombro. Y ayudé a algunos amigos de los museos de la zona a evitar que tiemblen las obras de arte, y ellos mismos, ante el rugir de los motores.

Pero las carreras son las carreras.

Parece que nuestro benemérito Lord Mayor nos quiere transformar en Mónaco. ¡Eso me parece muy bien, me parece muy bien! ¡Por lo que tengo entendido, los ciudadanos de Mónaco no pagan impuestos! Así que espero ansioso y con alegría la derogación del ABL, y prometo destinar parte de lo que me ahorre en comprar tapones de oídos para mis amigos de la zona de la carrera, y soportes para las obras de arte.

Y después está lo del agua. Lo que pasa es que eso es decididamente trágico. Y además ¡en feriado! ¿Cómo se les ocurre llover así, inundar todo, en un feriado? ¿No podían haber postergado la lluvia para un día laborable, que nuestro Lord Mayor esté en su oficina, “sorprenderlo trabajando”?

Sería agradable, muy simpático de su parte, postergar las lluvias para una fecha en la que estén hechas todas las obras necesarias para que la cosa no pase de una anécdota, o de que, aprovechando el feriado, nos juntemos con nuestros amigos a cantar “Viento, dile a llu-via” o “Dóóóóóón-de va la gente, cuando llueve” o “La otra tarde vi llover, vi gente correr, y no estabas túúúúúúúú”.

Pero ésas son utopías, lector, la verdad fue un desastre.

Y hablando de desastres y utopías, ¿qué me dice de “Europa-Unida-jamás será vencida”? Bueno, parece que en Chipre se les chiproteó el euro, y ahora a los ahorros no se los lleva el viento, pero sí el banco, y a través de ellos el FMI, o la UE (y que alguien me explique la diferencia respecto de qué los beneficia más, si que se los quede uno u otro).

Y como los argentinos de corralitos sabemos un montonazo, y nosotros somos humoristas, pero ante todo somos argentinos, no podemos dejar así a nuestros hermanos europeos.

Por eso, este suplemento con todo lo que tienen que saber. Y lo que no.

Hasta la semana que viene, lector.