Querida gente del suplemento Soy: acabo de leer la nota que le realizaron al Espacio Queer de La Plata y me topé con la peyorativa e inaudita expresión que esta gente dice, que yo hablo de “mi putez”, una expresión cuasi discriminatoria. Algo a lo que estoy acostumbrado, igual que ustedes, supongo, si no no harían un suplemento como éste en un diario nacional todas las semanas, ¿verdad?

Aun así me causa cierta aspereza. Si a esta gente le parece que yo simplemente en tevé hablo de mi “putez”, en verdad me parecen mal educados, desinformados y muy resentidos; tal como nos estamos volviendo muchos gays. Nos autodiscriminamos y luego nos quejamos de lo que dice la gente del barrio, del edificio o los mismos medios de comunicación.

Para mucha gente somos, mal que nos pese, unos enfermos. Y más allá del trabajo que haga este grupo, resulta que sus dichos resultan agresivos y ni siquiera lo toman en cuenta. Como si aparecer en la televisión tanto por mi trabajo como por mis denuncias sobre abuso infantil no fuera algo para tener en cuenta. Yo, Roberto Piazza, le he dado mucho a esta comunidad tan despreciativa. Más que muchas agrupaciones que dicen defendernos. Me confunde que estos dichos pasen en este suplemento sin que nadie se detenga a pensar en sus consecuencias. Mi lucha cotidiana no es defender a los gays, desde ya, a pesar de que si me preguntan sobre mi sexualidad no tengo problemas en hacerla visible. Lo que verdaderamente me importa es mi fundación contra el abuso sexual infantil. Hablar de que soy o no soy gay me resulta hoy tan arcaico como preguntar si alguien es activo o pasivo. Si uno o unos hablan de una persona pública, lo mínimo que se puede exigir es respeto y no palabras discriminativas. Yo siempre estuve ahí cuando se me necesitó para hacer visibles los problemas de esta comunidad, siempre con la mejor onda. Por eso también exijo el respeto que merezco como cualquier otro.

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Contra el abuso sexual infantil
y la violencia familiar