Viernes, 6 de junio de 2008 | Hoy
A/Z
Todo cuero. Ropa y accesorios de cuero con una fuerte carga erótica. Mucho más que un vestuario, esa palabra inglesa designa una identidad, una subcultura de gran visibilidad dentro del movimiento queer, modo de entender y practicar el sexo por fuera de las formas “ortodoxas”. Generalizando bastante, una sexualidad leather tendrá prácticas de bondage, disciplina, dominación, sumisión, fetichismo y sadomasoquismo, aunque se puede ser leather sin cumplir con todos estos puntos. La conciencia del juego y de la puesta en escena, marcan —según afirma la antropóloga lesbiana Gayle Rubin— el desplazamiento de la historia de la sexualidad “desde el ámbito de la historia natural de la reproducción hasta la historia (artificial) de la producción”. Si hay que encontrarle un origen, será luego de la Segunda Guerra Mundial: muchas relaciones homoeróticas entre ex combatientes (con toda su estética de uniformes y jerarquías) salieron a relucir. Modelos en pantalla: James Dean con sus motos y camperas, y Marlon Brando en The Wild One. Entre los directores: Kenneth Anger con Fireworks y Scorpio Rising.
A partir de los ‘70, “lo leather” se integra y se disemina en la cultura pop con The Village People, Judas Priest, los trabajos de Tom de Finlandia y Mapplethorpe, entre muchos otros. La aparición del sida en los ‘80 con el “sexo seguro”, ocupando un lugar muy importante en la agenda leather, resignifica los encuentros, los espacios y las prácticas. Así es como toda identidad y como toda comunidad han ido transformándose con el correr de los acontecimientos; aun así, sigue siendo una de las respuestas a la mirada convencional y normalizadora de la sexualidad más difíciles de digerir. Hoy, para muchos, la participación en la vida leather se restringe a la esfera socio-sexual: bares, Internet, alcoba, dark rooms. Otras personas la viven como parte de su vida pública (no sólo sexual) y se ocupan de la construcción de las comunidades leather que se extienden por muchos países del mundo organizadas en clubes, asociaciones, locales, páginas web, libros y revistas. El ideal de un movimiento leather pansexual sigue muy lejos: gays, hétero y lesbianas leather pueden mantener relaciones amistosas, pero no se tocan. En general, el carácter clandestino de las reuniones ha ido virando hacia competencias, shows de carácter bastante inclusivo, como la competencia que cada año se produce en Chicago para elegir al mejor Mr. Leather, entre candidatos de todo el mundo.
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