Vie 16.04.2010
soy

El séptimo hijo queer

Cuando el séptimo arte mezcla el mito de la licantropía con personajes queer, los resultados son unos hombres lobo que no son ni tan lobos ni tan hombres. Aquí, cuatro pelis para noches pochocleras.

› Por Ariel Alvarez

La maldición de la Queerwolf (1988)

Desde su título, esta película clase B presenta una serie de chistes estúpidos y no por eso menos divertidos: Queerwolf (deformacion de werewolf, Hombre lobo en inglés) es el nombre de un nuevo tipo de criatura que cuando muerde a un heterosexual lo "condena" a transformarse en travesti durante las noches de Luna llena.

Esta parodia se centra en las desventuras de Larry Smallbutt (en inglés, culo pequeño), un típico machista norteamericano que, tras una pelea con su novia, decide salir de bares con su amigo Dick (y siguen los chistes: Dick en inglés es el diminutivo de Richard y también significa pene). Estando de juerga conoce a una hermosa mujer (quien resulta ser hombre) que durante el jugueteo previo lo muerde en una nalga. Es una Queeerwolf. Luego de esto llega la primera Luna llena y Larry se transforma: le crecen las uñas y el pelo y en su boca aparece lápiz labial. Como también ocurre con los hombres-lobo, Larry no recuerda lo que hizo la noche anterior. Desopilante es la escena en la cual despierta en un sauna lleno de hombres que lo miran sonrientes. Al llegar a su casa se encuentra con toneladas de flores para él y el contestador lleno de mensajes de los que quieren repetir la cita. Con la ayuda de una gitana encuentra una cura no fatal a su condición: mirar un amuleto con la foto de John Wayne.

El director (ultra clase b), Mark Pirro, quiso hacer de este un film anti homofóbico. La película es de esas que de tan malas son buenísimas. Mezclando momentos gore con comedia logra un film divertido, que si bien presenta una imagen bastante estereotipada de los gays, en este contexto no llega a ser mal intencionada.

Were-grrl (1998)

Amy Lynn Best es una bailarina y actriz norteamericana que decidió abrirse paso en el machistoide mundo de las películas de terror independientes. Cansada de que las mujeres fueran utilizadas únicamente para personificar vampiresas lesbianas que son puestas en los films para calentar a los hombres, se decidió a rodar este mediometraje que es una película anti-explotation: "Quería que los jóvenes volvieran al videoclub y golpeando en el mostrador dijeran : esto es una basura, no se ve ni una teta". Y lo consigue. Were-grrl fue vendida desde los trailers hasta la grafica como una película de terror y softcore lésbico, pero las escenas de sexo fueron quitadas adrede, privando a la audiencia masculina adolescente de sus mal informados supuestos sobre el amor entre mujeres.

El film comienza cuando Leslie (Jasi Cotton Lanier), una bailarina nudista, se muda a su nuevo departamento luego de que su familia la echara a la calle. Allí entabla amistad con Jerry (Francis Veltri), su vecino gay. Una noche deciden ir a una feria para entretenerse un poco. Allí Leslie se hace leer la mano por una misteriosa gitana (interpretada por la directora) que predice que "una gran desgracia está a punto de suceder". Y por supuesto, como en toda película de terror, las predicciones se cumplen. A la salida de la tienda una enorme y estereotipada lesbiana, vestida de camionero, besa a la joven Leslie, dando comienzo con esto a la maldición. Cuando hay Luna llena nuestra heroína se transforma en una lesbiana que frecuenta los bares en busca de mujeres para seducir. En uno de ellos conoce a una camarera (interpretada por la diosa del cine B Debbie Rochon) que le dice que la cura es: baños de burbujas, champagne y casarse inmediatamente. Pero ¿Leslie quiere curarse?

Los lobos de Kromer (1999)

Boy George es el narrador de esta historia que tiene como protagonistas a Seth (James Layton) y Gabriel (Lee Williams), dos jóvenes (y hermosos) hombres lobo que de por sí ya hacen de esta película algo placentero de ver. En Kromer, un pintoresco pueblo de la campiña inglesa, estos dos lobos rondan como fugitivos tratando de salvar sus vidas de una sociedad hipócrita que los condena al ostracismo porque son criaturas diferentes, pero principalmente por la atracción física que hay entre ellos. Todo comienza cuando Seth es rechazado por su familia cuando "sale del closet" como un hombre lobo, y es que "los padres siempre saben si sus hijos van a acabar siendo lobos" (o sea gays). Vagando por el bosque conoce a Gabriel, otro joven lobo que lo ayuda a sobrellevar la vida de exilio y ambos se enamoran locamente.

El director inglés Will Gould hace de este melodrama (mezcla de road movie con película romántica) una inteligente y directa parábola que traspone la discriminación hacia los homosexuales a la licantropía. Y es que en realidad eso es lo que al pueblo de Kromer le molesta. Los jóvenes nunca se transforman en animales sino que simplemente lucen unos abrigos de piel con cola. Mientras los protagonistas viven las presiones de su propia confusión que les hace algo complicada la vida en pareja, en el pueblo dos sirvientas ancianas asesinan a su señora para quedarse con la herencia, y por supuesto culpan a los lobos. Es por esto que una turba, encabezada por fanáticos religiosos (con capuchas del Ku Klux Klan) sale a cazarlos.

The Wolves of Kromer es una interesante metáfora que muestra cómo ante los ojos del pueblo los lobos son vistos como enfermos y perversos, algo para ser temido y sin posibilidad de vivir al lado de los seres humanos (o sea los heteros).

Maldito (2004)

El escritor y director Wes Craven (Pesadilla en Lo Profundo de La Noche, la saga de Scream) es, sin duda alguna, uno de los grandes maestros del cine de terror. Con un elenco de jóvenes estrellas Cursed es un film ciento por ciento para fanáticos del género. En una noche de Luna llena (obviamente) Ellie (Christina Ricci) y su hermano Jimmy (Jesse Eisenberg) regresan a su casa cuando un animal se lanza contra su parabrisas provocando un choque contra otro auto. Ninguno de los dos sale herido del accidente y cuando van a ayudar a una niña, que quedó atrapada en el otro coche, son atacados por el gran animal en cuestión. Luego de esto los jóvenes siguen el curso de sus vidas. Pero de repente descubren que poseen una fuerza sobrehumana y que sus sentidos se han potenciado al máximo. A partir de aquí lo previsible: deben encontrar a la bestia, matarla y así evitar convertirse ellos mismos en licántropos.

Pero el genial Wes Craven nos tenía preparada una sorpresa. En el colegio el delgaducho Jimmi es constantemente atormentado por Bo (Milo Ventimiglia), el típico brabucón de secundaria, yanqui y homofóbico, quien no deja pasar un día sin molestarlo porque está convencido de que es gay. Algunos días después del accidente Bo reta a Jimmi a una pelea y es derrotado. Triunfante el protagonista le señala que a menudo los que atacan a los homosexuales son en realidad gays dentro del closet. Y tiene razón. Luego de la pelea, Bo se enamora del flaquito que le ganó la contienda y le confiesa su amor, pero como Jimmi no es gay, los dos se convierten en grandes amigos. El personaje de Bo es un ejemplo de lo que se está convirtiendo en una nueva tendencia en el cine de terror, donde habitualmente los personajes queer no son protagónicos y nunca llegan vivos al final. Bo sobrevive, ayuda a su amigo y se convierte en héroe.

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