Quince días después de que Ricky Martin estrenara una nueva vida a la intemperie de su particular closet, los círculos concéntricos de la declaración lanzada a la web siguen sucediéndose y modelando, cómo no, distintas imágenes para ese muchacho audaz que alguna vez se dio un pico con nuestro Vicentico en un escenario estadounidense. De vivir la vida a loca a imaginarlo sentado y compungido frente a la computadora ayudó la multiplicación de la palabra “confesión” para hacer referencia a su declaración –emotiva por cierto–, palabra que no parece estar en discusión ni siquiera por un filósofo de la talla de Gianni Vattimo, que la usó en un texto publicado en el diario Perfil (domingo 4 de abril) en el que también declara sus ganas de disfrazarse por un rato de heterosexual para contrarrestar “la moda del outing” (si está de moda, ¿por qué tanto lío con la declaración de Ricky)?, aunque asume que los “homosexuales todavía necesitan de mucha ayuda para ser aceptados por una sociedad que sigue siendo homofóbica” (resaltada en negrita, otra palabra de uso común y sentido condescendiente hacia quienes no son heterosexuales).

Pasado el tiempo, Martin sigue sentado y prolijito pues ésa parece ser la posición ideal para recibir retos y consejos, tal como se les pide a los niños en la escuela. Desde nuestras pampas, por ejemplo, su tocayo Ricardo Fort lo retó severamente: “No debería haberse confesado gay. A nadie le interesa lo que hace un artista en la cama” (Gente, 8 de abril), aun cuando él se preocupa de dejar en claro que lo que hace en la cama lo hace con una blonda vedette llamada Virginia. Eso sí, se jacta de haber “aconsejado” al cantante sobre cómo tener hijos, ya que el puertorriqueño lo cruzó en un aeropuerto y le preguntó cómo había hecho para tener a los suyos. “Le recomendé que alquilara un vientre. A los dos años, justo el tiempo que lleva este tratamiento, tuvo a sus mellizos” (¿se lo habrá recomendado porque los dos son millonarios?).

La revista The Advocate –toda una institución en la prensa norteamericana, la misma que al principio sostuvo la candidatura de Harvey Milk– también aprovechó la oportunidad y haciendo gala de experiencia, cual padre amoroso, delineó los que deberían ser los próximos pasos de RM (aprovechando que todavía se está quietecito):

• Ampliar su carrera en Broadway y pensarse un papel mejor que el del Che en el musical Evita (que hay que ver si ahora se lo dan como le habían prometido).

• Dedicar los esfuerzos de su fundación para apoyar a los adolescentes gays.

• Ir a talk shows y programas de opinión para demostrar que, además de escribir, habla.

• Involucrarse en campañas públicas, como en contra de la famosa Propuesta 8 en California.

• Hacer un video sexy como los que hace, pero con hombres toqueteándolo.

• Votamos sinceramente por la última de las posibilidades, zapatero a tus zapatos.