Cielito mío

Panfleto hallado por Leopoldo Brizuela en el pico de paloma apedreada el 22 de mayo de 1810, en las inmediaciones de la actual Plaza de Mayo.

En el Salón secreto de un “Misia Mariquita”
política debate la turba sodomita.
Y un poeta byroniano, moñudo y peripuesto
manuscribe consignas, las hila en Manifiesto.
¡Pues se corre la voz, desde el campo hasta el puerto, que podrá oírse a todos en el Cabildo Abierto!

“El Virrey con peluca y zapatos de hebilla
y el Cardenal de falda y mantón con puntilla.
Queridos contertulios, pregunto, ¿qué se piensan?
¡Que damas de mostacho y patricios de trenza
dejen ya de embestirnos como toros de lidia:
¡bien se ve que se mueren todos esos de envidia!”

Y como en el Edén el león y el cordero
escuchan lado a lado el peón y el estanciero.
Y hasta un gauchipolítico de rumbosa bombacha
a pura inspiración corta la larga racha.

Cielito cielo que sí
cielito de los manfloros.
Malhaya el que dijo un día
la vaca es vaca y no toro.

“Con alta voz de pueblo que toma la Bastilla
¡pidamos pan con pan, y para ellas tortilla!”
¡Que aprendan de nosotros! Iguales, fraternales,
y libres a lo oscuro en nuestras saturnales!
¿No somos los manfloros expertos en reojos
en citas clandestinas, en cojo-pan-y-mojo,
en el tuco que de otros sazonará el banquete?
(Velay! ¡Con esta rima me he metido en un brete!)
(Y al recio marinero la pera se le arruga.
Y hasta el severo juez la lágrima se enjuga
con pañuelo precioso, todo ornado de randas.
¡Y qué bien canta el gaucho! ¡Para llevarlo en andas!

Cielito cielo y más cielo
cielito de Chuquisaca.
Malhaya el que dijo un día
que el toro es toro y no vaca.

“Y qué opio aquellas cintas de French y de Berutti
¡tutti colori sean, ya que no tutti frutti!
¡Libertad a la Noy, acusada de ambigua:
vestido iba de obispo y no de dama antigua!
(La prueba es que jamás se ha visto a un maricón
dejar caer la chance de usar un peinetón.)
Que no nos representen ni pasos, ni cornelios
¡que sea nuestro líder Manuel Belgrano, el bello,
con su jopo en la frente y con sus calzas blancas!
¿Donde hai de llegar el potro? ¡Bien nota en las ancas!”

¡Que estos versos le lleve la paloma en el pico
y si preguntan, diga: “¿Do vengo? ¡No me explico!”.
Y ahora nos gocemos que el barrio está desierto.
¿Todos en Plaza Mayo? ¡Viva el Cabildo Abierto!
¡Mentecato el que tiene libertad y no usa!
¡La colonia se apresta a su última partusa!
Y como no tenemos ni una pizca de otarios
reaparezcamos sólo para el Bicentenario.

Cielito cielo y más cielo
Cielito de esta alta hora.
¡Con el toro y con la vaca,
vivan el vaco y la tora!