Si de algo no hay dudas es de que estas chicas tienen dónde esconderse. Sean en el ensortijado bosque entre las piernas de cualquiera que esconda allí orgullosamente una vulva, sea en el anonimato de un blog que les permite reírse a mandíbula batiente –y es fácil darse cuenta lo que rinde la mandíbula batiente a la hora de pertenecer a este grupo de "Adoratrixs de la vulva peluda"– de todo el espectro del activismo LGBT. Con pocas palabras, sin más firma que la que nombra al blog, las adoratrixs se proponen como "inclusivas" y saludan a sus hermanas de las vulvas peladas, rescatan las demandas de palomas de pañuelos verdes que piden por la "miga gratuita, libre y segura", advierten sobre un nuevo síndrome llamado "De Hotton", que describe el amor desmedido y fanático por los fetos o ven cómo se deshojan los pétalos de la flor de una organización lgbt mientras piensan si "pagar mucho, poquito o nada" un juicio por lesbofobia. Los post son regulares e implacables; puede ser que en ocasiones las referencias más cerradas al activismo dejen a alguien afuera, pero en general la carcajada es democrática y dan ganas de orar en conjunto: "Vulva nuestra que estás entre las piernas, santificado sea tu pelo, bendita eres, entre todas las mujeres, chicxs trans, tortas y bi(tri)normas, bendito sea el jugo de tu carne…" para proteger el humor, tan bendito como otros jugos.

adoratrixsdelavlvapeluda.blogspot.com