ES MI MUNDO
Si hay un combo queer irresistible capaz de combinar el espíritu de la disco con el estilo del house es Hercules & The Love Affair. Y el próximo miércoles llegan por primera vez a la Argentina.
› Por Gustavo Lamas
Andy Buttler no fue el primero ni el último en buscar inspiración para su proyecto en la música disco y, sobre todo, en los orígenes del house: ese momento en el que los sonidos de Chicago y Detroit comenzaban a marcar la frontera dejando atrás la era disco y la new wave para transformarse en algo nuevo, quizá uno de los últimos quiebres en la cultura musical que continúa mutando hasta nuestros días. Como director técnico de un dream team queer de excepción, Andy supo volcar su sabiduría de años tras las bandejas y sobresalir dentro de la oleada neodisco, moldeando algo más que un puñado de hits irresistibles para la pista. Uno de sus grandes aciertos como dueño de la batuta fue contar para el debut con Anthony Hegarty entre sus filas que, puesto en contexto discotequero, abandonó por un rato sus dramones para tirar la chancleta y brillar en canciones como “Blind”. Ese fue el puntapié inicial para que todas las miradas se posaran sobre los Hercules & The Love Affair. Lo más interesante, más allá del fenómeno musical exitoso, es la irrupción de una nueva mirada dentro de la escena de música bailable norteamericana retomando los orígenes contraculturales de la cultura clubber que reivindica, una vez más, las banderas de la diversidad.
El combo queer explosivo no se agotaba con la presencia de Anthony. Contaba con nuevas figuras que saltaron de los suburbios de Nueva York para formar parte esencial del proyecto: la presencia de la andrógina Kinn Ann Foxman y la artista trans Nomi Ruiz aportaron voces e imagen completando la fórmula mágica del álbum debut que los catapultó a la fama. Aquel 2008 en que los Hercules & The Love Affair irrumpieron como novedad, Andy Buttler nos visitó en la Buenos Aires fantasmal con el humo de la quema de pastizales que invadía hasta el subsuelo de Cocoliche donde se presentó en plan DJ y nos hizo bailar al ritmo de esas gemas que lo inspiraron en el recorrido del disco al house. En el 2009 tuvo otro paso fugaz por estas pampas sin demasiada suerte en uno de esos escenarios alternativos que los megafestivales les asignan a algunos artistas. Nuevamente, este próximo miércoles, tendrá la tercera y vencida oportunidad esta vez para presentarse en vivo con nuevo disco y flamante formación de banda que incluye a Kim Ann Foxman, Mark Pistel, Aerea Negrot y Shaun Wright. Aprovechamos la ocasión para repasar su historia y presente.
¿Por qué bautizar con una referencia a la mitología griega a un grupo house? Andy lo explica sin vueltas y cuenta que no se trata del azar ni la casualidad sino que, por el contrario, esconde varias de las motivaciones que lo definen como artista: “Siempre estuve fascinado por los mitos griegos. Mientras crecía leía sobre esta temática todo el tiempo pero, en la universidad, estudié sobre las representaciones de la homosexualidad en el arte griego antiguo. Encontré que Hércules tenía cierta reputación por relacionarse con amantes de ambos sexos como, por ejemplo, esa historia de su joven amante Hylas con el que se va a una isla, el joven es atrapado por las ninfas del río y Hércules se la pasa buscándolo. Básicamente, lo que me atraía era ver el costado más vulnerable del hombre más fuerte de la tierra. Me sentía identificado en esa paradoja. Salí del closet cuando tenía 15 y a esa edad comencé a ir a los clubes y a seguir DJ. Yo tenía un cuerpo robusto, definitivamente masculino, porque jugaba al fútbol y practicaba otros deportes pero, al mismo tiempo, tenía una sensibilidad extrema y era muy vulnerable. Justamente eso fue lo que me atrajo de la figura y la historia de Hércules, la combinación de lo femenino junto a lo hipermasculino. Además, en el house existe una tradición de usar referencias griegas: Derrick Carter usaba caracteres griegos para nombres de sus canciones, pero había, también, artistas que se ponían nombres relacionados con esta mitología como Adonis y hasta Marshall Jefferson que llegó a usar Hércules como nombre alternativo”.
Andy recuerda perfectamente esos pequeños movimientos que lo llevaron a interesarse cada vez más en la música disco y new wave de los 80 y lo impulsaron de pasar de seleccionar sus favoritos como DJ a ponerse manos a la obra y transformarse en compositor con grupo propio con el que gira actualmente por todo el mundo: “Cuando iba a la universidad concurría a una clase de arte todo los viernes muy cerca de una galería de arte en el Soho, donde había un negocio que vendía ropa vintage. En ese lugar, ponían música realmente rara y bizarra de los 80. Al final, terminé descubriendo que el dueño del lugar, que se llamaba Chris Brick, era quien armaba esos mix tapes. Empecé a comprarle las grabaciones y él me anotaba todos los nombres de los temas y los artistas, así que me volvía realmente loco con esos descubrimientos. Esa fue la forma en la que llegué a conocer artistas como Arthur Russel, Cerrone o Telex. Recuerdo que una vez le comenté lo genial de compartir toda esa información, porque muchos DJ que también grababan no detallaban el playlist, y él me contesto que, si era gay, esta era mi música y mi historia y debería compartirla tocándola para la gente. Así que fue algo muy aleccionador y revelador sobre el que iba a ser mi destino”.
En su álbum debut uno de los hallazgos fue contar con Antony Hegarty de Antony and The Johnsons. Andy describe cómo se dio ese encuentro: “Originalmente, escribí la canción ‘Blind’ para Antony. Le dije: ‘Tengo esta canción, vendrías a cantar en ella?’, y él me dijo: ‘Seguro’. He conocido a Antony por siete años, nos conocimos por amigos en común y nos vinculamos a partir de nuestro amor por Cocteau Twins y Alison Moyet. Yo sólo quería escuchar la voz de Antony sobre una textura electrónica, entonces produje el track y escribí las letras. La versión original de ‘Blind’ era un sampleo de un loop de batería disco y sintetizadores suaves, un sonido muy sintético, muy Depeche Mode. Me emocionó mucho que Antony cantara una canción escrita por mí. Hercules & Love Affair no existía todavía como proyecto en ese entonces pero ese fue el comienzo”.
Luego de aquel exitoso arranque no era nada sencillo dar el segundo paso. Terminada la gira de presentación del debut y ante la nueva grabación, hubo algunos cambios en el equipo. Nomi Ruiz decidió encarnar un nuevo proyecto llamado Jessica 6 y dejar las filas de H & LA. Esta vez, la figura invitada para el segundo álbum de Hercules fue el frontman de Bloc Party, Kele Okereke. En las programaciones, se suman las influencias noventosas del ex Meat Beat Manifesto, Mark Pistel. Lo más novedoso son las incorporaciones de dos nuevos cantantes performers: la artista trans venezolana Aerea Negrot, quien, con su tremendo vozarrón de formación operística, venía colaborando con artistas tecno alemanes, y Shaun Wright, que impresiona en su parecido al icono de la cultura disco Sylvester. Ambos se combinan en la primera fila del grupo con sus coreografías, sensualidad y desparpajo sumándose a Kinn Ann Forman, que continúa como una pieza clave de la banda. El año pasado, Kinn editó como solista el imperdible e.p. “Creature” bajo el ala protectora del jefe Buttler en su sello Mr. INTL.
Blue Songs, el nuevo álbum que salió a comienzos de este año, no intenta repetir la fórmula del exitoso debut. Aunque el acid house se hace presente como en el primer corte “My House” –con video parodia a la multicolor estética explotada por los grupos como Tecnotronic– el plan es bajar los decibeles. Esta vez no todo es pum para arriba y matizan con canciones a medio tiempo distantes de la pista de baile como “Leonora”, “One Boy” y “Blue Song”. El cierre del álbum es una versión casi acústica de “It’s alright”, de Sterling Void & Paris Brightledge, que inmortalizaron en su momento por los Pet Shop Boys transformada en una balada conmovedora que esconde un homenaje hacia otro héroe anónimo que formó, a través de sus consejos como disquero, a Buttler: “Lo escuché por primera vez cuando tenía 15, en la version de Sterling Void. Fue en un club en el que solían finalizar la noche con una serie de clásicos, uno de los cuales era ‘It’s Alright’. El DJ solía mezclarlo a capella sobre una versión de ‘Belfast’ de Orbital, así que era algo exclusivo de este club. Aunque lo escuché por primera vez cuando tenía 15, recién fui a comprarlo cuando supe qué era a los 17. El tipo que me lo vendió era increíble. El trajo mucha cultura interesante a Denver donde yo crecí, pero hace un par de años se tiró debajo de un tren. Así que quise reversionar ‘It’s Alright’ como una suerte de homenaje y para agradecerle todo lo que me dio en una manera concreta”.
El tercer álbum ya está en fase de composición y promete moverse entre el dubstep más oscuro, el house épico y canciones pop a lo Robin S. Mientras continúan de gira y, por suerte, hacen su parada en Buenos Aires para poder disfrutar de su música y bailar junto a ellos este próximo miércoles en el marco de las fiestas Embassy en Niceto.
Embassy presenta Hercules and Love Affair (previa: Hana y DJ Cisco):
Miércoles 5 de octubre a las 22,
en Niceto Club, Niceto Vega 5510
Ciudad de Buenos Aires.
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