Viernes, 6 de enero de 2012 | Hoy
LA FELIZ ES PURO TEATRO
Como Hamlet busca revelar el crimen a través de la representación teatral, los amantes de Desmesura recurren al teatro dentro del teatro para ajusticiar al fantasma de la infidelidad.
Por Adrián Melo
Hay un poema de Charles Chaplin que bien podría servir de epígrafe para Desmesura, la obra de teatro de Darío Cortés que hoy comienza su temporada en Mar del Plata después de estar cinco meses en cartelera en Buenos Aires. En esa poesía, Chaplin expresa: “La vida es una obra de teatro que no permite ensayos... Por eso, canta, ríe, baila, llora y vive intensamente cada momento de tu vida... (...) Muestra aquello que eres, sin miedo (...) ¡Vive! ¡Intenta! / La vida no pasa de una tentativa”.
Desmesura presenta un conflicto amoroso entre dos muchachos, el dramaturgo Manuel y el pintor Pablo —interpretados por Darío Cortés y Franco Zanconi respectivamente— que después de una relación de seis años deben enfrentarse al espacio de extrañamiento y de tomas de decisiones que siempre supone la infidelidad.
El texto se abre con un bello y dulce monólogo basado en la poética de la dramaturga Sarah Kane —concretamente de la genial Ansia— en donde Manuel despliega todos sus sueños de amor junto a la tristeza de ver cómo éstos se quebraron frente a la traición de Pablo. En esta primera parte, Cortés y Zanconi, solos en el escenario, logran en sus interpretaciones la química precisa para plasmar la idea de una relación desgastada, pero a la que aún le sobra el amor, el erotismo y las ganas de reír y de seguir.
En la segunda escena, el monólogo interior y la conciencia abrumada por la angustia de Manuel se despliega en una pluralidad de voces: la de Mía (Checha Amorosi), Marisa (Viviana Suraniti) y Luz (Ale Feudal). Es decir, Manuel intenta exorcizar su tristeza y sus inseguridades creando una obra de teatro que narra un triángulo amoroso entre mujeres que funcionan como su alter ego y el de Pablo y sobre todo como el espejo de su conflicto pasional. Las tres actrices sobresalen de manera extraordinaria cumpliendo el papel que Manuel (Cortés) soñó para ellas.
Cortés recurre a la vieja idea, cara al barroco, de la vida como teatro y como ficción para preguntarse, quizá, una vez más, para qué sirve el arte y cuál es su relación con la vida. ¿Sirve, como pensaba Aristóteles, como catarsis, como imitación de la vida que permite purificar las emociones y liberar los sentimientos de piedad y de miedo, las pasiones desmesuradas, la hybris que conduce a la tragedia?
Moviéndose entre diferentes géneros —el melodrama, la tragedia y la comedia—, diferentes hipertextos —Sarah Kane, David Lynch, Almodóvar, entre otros— y entre diferentes amores, Desmesura termina narrando varias historias de amor, gays y lésbicas, pero con la que puede identificarse cualquier espectador.
Aun así, los levantes callejeros, el insulto y las humillaciones a gays y lesbianas, la huida a la ciudad, la necesidad de los amigos y el matrimonio igualitario, junto a otros temas caros a la comunidad Lgtbi, son tratados con la sutileza y la ternura que impregnan toda la obra. Así, el miedo al paso del tiempo queda registrado en un diálogo en el que Manuel le pregunta a Pablo: “¿Sabés que no puedo imaginarte viejo? ¿Se te irá esa mirada de galán de cine clásico cuando seas viejo?”. A lo que Pablo le contesta: “¿Sabés qué? Ojalá se me vaya. Porque no me va a servir de nada si no es con vos”.
Funciones en Mar del Plata desde el 6 de enero
Martes 23.30
Teatro del Septimo Fuego
Bolivar 3675
Viernes y sabados 0.15
Teatro de la Alianza Francesa
La Rioja 2065
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