Este campeonato contó con 8 equipos, siendo la mitad de ellos latinoamericanos. Los locales El Tri Gay (México) alcanzaron el 4º lugar. Y llegaron a la final Los Dogos (Argentina) y Uruguay Celeste (Uruguay), que quedaron subcampeones. El equipo nacional, que ganó todos los partidos que jugó, venció en la final —un partido con sangre latina, y dirigido por una árbitro lesbiana de la Asociación Internacional de Fútbol Gay Lésbico (Ilgfa)— con un resultado contra sus pares uruguayos de 6 a 0.

“Es un orgullo representar a nuestro país que en los últimos años ha tomado en cuenta los reclamos de la Comunidad LGBT y actuó en consecuencia, reparando necesidades históricas y transformándonos en ciudadanos como cualquier otro, sin diferencias ni barreras. Es un honor poder volver con la Copa”, cuenta Walter García, capitán del equipo argentino.

Los jugadores aprovecharon el Mundial para lanzar la campaña “Sacale tarjeta roja al Sida”, que cuenta con el apoyo de Onusida. La campaña tiene por objetivo “promover un mensaje en contra del estigma y la discriminación hacia la población LGBT (lesbianas, gays, bisexuales y trans), y especialmente sumar las voces de los futbolistas para contribuir a la reducción de las nuevas infecciones entre hombres gays y mujeres trans”, informó el organismo de ONU.

Los próximos pasos del equipo serán la difusión de la campaña y algunos partidos amistosos para combatir la homofobia que abunda en el mundo del fútbol.

El seleccionado argentino lo integran Jorge Berdún, Martín Farías, Mariano Quiroga, Cesar Núñez Da Silva, Juan Schinea, Héctor Pare, Marcelo Bertazzoni, Gustavo Schwindt, Daniel De Seta, Sergio Montiel, Carlos Sánchez, Nicolás Quiroga, Federico Gutiérrez Zuluaga y el capitán Walter García.