Vie 14.12.2012
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MUSICA

El vivo de Las Taradas

Las Taradas presentan su primer disco, Son y se hacen, grabado en vivo. Una banda integrada por chicas, que atrae como un imán a señoras, señoritas y señoritos.

› Por Daniela Portas

La conversación transcurre en el tradicional bar 36 Billares. En la mesa están Paula Maffia (alias “Luisa Malatesta”), Lucy Patané (“Lucía de Paco”), Rosario Baeza (“Exaltación de la Cruz”) y Nati Gavazzo (“La tía Nidia López do Pandeiro”). La banda se completa con Lu Martínez ( “Encarnación de los males”), Carla Branchini (“Cheetarah Rodríguez”) y Mel Muñiz (“Maricarmen Montenegro”). ¿Alias? ¿Cómo es eso? “Es como nuestro alter ego tarado”, explica Nati, entre risas. Las Taradas se ríen sin parar. No se sabe si es por lo que son, por lo exitosas que están siendo o porque están presentando su primer disco Son y se hacen: 15 temas y un bonus track, un sonido limpio y muy prolijo, y eso que fue grabado en vivo. Y en el vivo de Las Taradas puede pasar de todo.

Sus shows son verdaderos shows, siempre están muy arriba. ¿Cómo hacen?

Paula: Hay una dinámica de cebamiento mutuo arriba del escenario. Además, por cómo está formada la banda en semicírculo, te permite que si yo ese día no tengo ganas de hablar, habla otra. Nos cubrimos.

Lucy: Hubo una vez que teníamos un show un martes en Café Vinilo y veníamos todas re cansadas, de dar clases. Salimos y el lugar estaba lleno, la gente sola se paraba, todo el mundo se reía.

Nati: En Café Vinilo la gente no suele levantarse de la butaca. Y esa vez hubo trencito. Llamarse Taradas te da cierta impunidad. A vos y al público. Todo tipo de error que puedas cometer es “bueno, soy tarada”. Después de ahí para arriba, todo lo que hacés bien es “che, no eras tan tarada”.

Paula: Por suerte hasta ahora nadie dijo “vine a ver a Las Taradas y, la verdad, ¡son muy taradas!”.

¿A qué atribuyen el arrastre que tienen en un público tan diverso, que incluye chicas muy jóvenes, señoras grandes, gays de todas las edades, etcétera, etcétera?

Lucy: Yo creo que es una banda súper popular desde el repertorio, más que nada. Lo pueden escuchar nuestras madres, nuestras tías, y también los hijos de nuestras amigas. Es súper diverso.

Paula: Es una propuesta divertida y relajada mientras cuidemos mucho la música; hay un trabajo de recopilación y de arreglo muy importante. pY la gente está sedienta de escuchar música.

Lucy: A las bandas de chicas nos relacionan siempre con el teatro, con el humor y con lo vocal, y acá todas tocamos instrumentos, hay un montón de solos, y eso genera un poco más de respeto.

¿Y el factor rock?

Lucy: Es algo que también nos han dicho y creo que forma parte del atractivo: cierta tensión entre nuestra formación rockera y un repertorio que no tiene absolutamente nada que ver con el rock.

Paula: Sí, tensión. Porque viste que hay bandas que fusionan, como “vamos a hacer esto y le sumamos el rock”. Nuestra interpretación es rockera, pero no hay ningún instrumento eléctrico, es todo acústico.

¿Fue una decisión lo de ser todas chicas?

Paula: Podría entrar un varón. Pero la verdad es que nos movemos, queriendo y sin querer, entre un público muy femenino. Siempre promovimos una circulación femenina. Además teníamos muy buenas músicas a mano...

La banda tiene una actitud digamos que antiheteronormativa. La tapa del disco es un ejemplo muy elocuente de eso. ¿De dónde surge ese espíritu?

Paula: En ese plan de “somos parte de una estética antigua pero no hay una idea de combatir ese estereotipo de la mujer de los ’50”.

Nati: Creo que nosotras mismas, en muchos sentidos y por el tipo de vida de cada uno, no estamos dentro de ese estereotipo de lo que se espera de la mujer.

Paula: Un lugar común en el que caen muchas de las chicas que rememoran estas bandas es medio “bettyboopesco”, o ya agarran una especie de imagen de mina pulenta, como Tita o Chavela. ¿Por qué se divide entre la mujer fálica, la que compitió con los este-reotipos de esa época, y la que coincidía con esos estereotipos?

Nati: No somos ni Betty Boop ni Tita Merello.

Paula: Y notamos un público abierto de mente en ese sentido.

Nati: Hay, creo yo, una identificación, una necesidad de encontrar espacios de comodidad. Tenemos también un público gay fuerte, lesbianas sobre todo, pero no somos del ghe-tto. No llevamos la bandera del movimiento, nada que ver.

Paula: De ninguna manera. Tampoco somos homonormativas.

Sábado a las 23.30, Mil Nueve Once Bar, Calle 12 y 71 (La Plata).

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