Viernes, 22 de febrero de 2013 | Hoy
LUX VA A LA AVANT PREMIERE DE MAGIC MIKE (GENTLEMEN AND LADIES)
Advertidos de que la carne puede ser degustada por hombres y mujeres por igual, pero no siempre al unísono, la première de Magic Mike tuvo dos funciones, una para damas y otra para caballeros. Lux fue a las dos.
Como todas las tardes, apenas abro un ojo, leo las notificaciones de eventos del Face. Hame sucedido lo que tanto esperaba: avant première de Magic Mike de Steven Soderbergh donde Chaning Tattum, Matthew McConaughey y otros deliciosos chongos actúan de strippers. Una de las funciones es exclusiva para gentlemen y otra exclusiva para ladies. ¡No entro en ninguna! Rompo en llanto hasta que descubro que no soy el único ser que se niega a decidirse por un género, los organizadores del evento... ¡me invitaron a las dos! Así es que el miércoles para caballeros me dirijo dispuestx (indispuesta lo dejo para cuando sea de damas) al deleite visual y por qué no a algún toqueteo en la oscuridad de las salas del cinematógrafo, que para eso se inventó, al menos hasta donde ypo sé. Adonis varios que no tienen nada que envidiarles a los de los afiches de la película conversan o hacen como qué. Me llama la atención el más vistoso y colorido, por decirlo con la lengua atada por la corrección política, y “qué pedazo de negro”, dicho con la lengua suelta. En cueros recibe a los invitados, mira mi nombre en un listado y me cabecea como en un tango. Lo miro fijo a los ojos —los ojos que tiene en los pectorales y bajo vientre— mientras otro efebo —ahora rubio— sin duda escapado del Golden, me alcanza un chupetín con forma de pene —hay de muchos colores— entregado seguramente a los efectos de calmar las ansias orales que provocará el film. Matthew sale al escenario con su torso desnudo, pasando por las calenturientas contorsiones del gigante Tattum y las primero tímidas pero después expertas apariciones en cueros del novísimo Alex Pettyfer. La película tiene la estructura de una novela de aprendizaje. El veterano Mike Lane (Chaning) conoce al casi adolescente Adam (Pettyfer) y lo introduce en el mundo stripper. Adam aprende rápido, yo... ni les cuento. Pero luego pira para el lado oscuro, consume y vende drogas y tiene sexo con algunos de sus clientes. Yo, más quisiera. O sea, la peli es la conversión de un dulce angelito en un reventado de la mano de un veterano arrepentido. Todas las sensaciones que transmite el film —calentura, sobre todo calentura, pero también ternura— me suceden entre un público a mi alrededor que no deja de lamer —con ruidito— los chupetines y que gime cual gatas en celo. Aun así, puedo apreciar muchos méritos de la película (es Soderbergh al fin y al cabo) y, si bien el final es un poco rosa, viene bien para alegrar a los espíritus románticos.
Cuando salgo, el negro me está esperando (“a todo el público”, me aclara con un tono cortés, pero poco valiente) para preguntarnos cómo la pasamos. Lamo, por puro instinto, un poco más del pene dulce y le guiño un ojo. El negro me pregunta si se me cayó la córnea además del resto. Me voy, pero volveré hecha mujer, pienso para mis adentros. Y vuelvo el viernes, el chabón sigue allí, sólo que en lugar de chupetones esta vez nos ofrecen copitas de champán. ¿Por qué pensarán que las chicas preferimos las burbujas a los bifes? ¡Bofes! Me grita mi amiga Susy, después de todos estos tipos en la pantalla, los locales son todos bofes. El champagne me pega rápido, muy rápido. De hecho si no hubiera venido la vez anterior ni siquiera podría retener el argumento. Mi cabeza vuela, vuela durante la exhibición: sólo veo un amasijo de carne y músculos, de pezones que van y vienen en la platea y hasta creo vislumbrar que bailan alegremente algunos genitales. ¡Esto no es Disney!, me dice una de las chicas dentro y fuera de la pantalla. ¡Sí, se me cayó la córnea!, respondo tarde pero segurx. Estoy fuera de mí. Fuera del cine me sacan, dicen que desmayadx. Si puedo terminar la crónica con mis palabras diré que el negro me toma en brazos y me siento tan románticx como la hermosa Cody Horn por el bello Chaning en la película, y siento como ella que sé lo que quiero hacer las próximas horas.
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