El colectivo CAPICÜA está trabajando en una Guía de salud y buenas prácticas que incluye a los hombres trans y propone darles de baja a los discursos estigmatizantes, sean religiosos o psiquiátricos. Aquí, algunas estrategias para plantarse con ojo crítico frente al saber médico todopoderoso y hacer entender al género como un derecho.
› Por Andrés Mendieta
Corría octubre de 2013, mes de la Despatologización Trans. Esa tarde, un martes 15, llegué justo a tiempo a la Facultad de Medicina para la presentación de La guía de salud y buenas prácticas, un material que todavía está en proceso de revisión y que está siendo recopilado por lxs chicxs de CAPICÜA. La guía se presentaba en el marco de las Jornadas Mundiales por la Despatologización de las Identidades y Expresiones de Género Trans. En un primer momento visualicé el aula llena de gente, vi algunas caras conocidas y otras no tanto. De cualquier modo, un poco tímido, decidí sentarme solo en uno de los primeros asientos. El evento abrió con una presentación de Mauro Cabral —de GATE—, quien expuso de qué modo se continúa patologizando desde la medicina y la psiquiatría a las identidades trans, y cuáles son las consecuencias de esto. Así como también —y no es un dato para nada menor— visibilizó la resistencia de lxs activistas trans a nivel mundial. Acto seguido, tomaron la palabra lxs chicxs de CAPICÜA. Prejuicioso como soy, debo admitir que concurrí sin muchas expectativas. No esperaba encontrarme con nada diferente de los típicos manuales que unx suele hojear sin demasiada importancia en la sala de espera de algún consultorio. Pero para mi sorpresa, al escuchar la explicación de quienes trabajaron en esta propuesta, me di cuenta de que se trataba de algo distinto de lo que me imaginaba. Seducido por esta primera presentación, les propuse a CAPICÜA hacerles unas preguntas. Y nos reunimos: Thomás, Alan, Ilona, Juan y yo.
Alan Prieto: Hace más de un año. Yo había visto el material de STOP Patologización, se trata de una campaña mundial que tiene una guía práctica para el sistema público de España. Charlando con Thomi surgió la idea de elaborar algo similar en Argentina sobre buenas prácticas dirigido a los médicos y a las personas trans. Pensamos en el tratamiento hormonal: Thomi es muy ordenado, entonces tenía en su agendita escrito paso a paso cómo había realizado su tratamiento hormonal con su médico, y yo al ver eso pensé que estaba bueno contarlo, visibilizarlo.
Thomás Casavieja: Recuerdo que yo estaba indignado, como siempre por algo médico. Fue ahí cuando Alan me convenció de escribir una guía.
Alan: Hay una guía que es del Ministerio de Salud, de la coordinación SIDA, pero es para chicas travestis. Cuando la bajamos de Internet y la leímos, la verdad es que nos dimos cuenta de que cae en el estereotipo. Dice: “una construcción travesti es dos puntos” y da una serie de definiciones. Eso es muy relativo, y además a mí me da un poco de risa, porque digo, desde lo político, desde esa postura identitaria, me siento “un travesti”, no me siento ni transexual, ni transgénero; desde esa postura me tendría que posicionar como travesti. Es una guía hecha por médicos, todos médicos. Después comenzamos a investigar y buscar guías de otros países: Chile, Colombia, un par en inglés. Otra que leímos fue la de la provincia de Buenos Aires, que nos indignó un montón. Cuando yo la leí dije: “Nah, a ver, nos conocen, levantá un tubo y asesorate un poco”. Hablaba de que nos transformábamos, estamos en el año 2013 con una ley de identidad de género vigente.
Thomás: Era lo básico de lo básico. Tiene desde errores estúpidos hasta otros que pueden resultar graves.
Alan: Material que desinforma, es ése el problema, no son cuestiones menores decirle a un pibe que haga determinado tratamiento hormonal y que sea incorrecto, es muy malo para la salud. O decir, que la construcción de género pasa por esto y esto, y así seguir repitiendo un estereotipo.
Juan Pechín: La idea no es crear un catálogo para clasificar sujetos, sino proponer un modo de repensar las prácticas institucionales, de revisar la manera en la que se concibe integralmente la salud, no solamente en una relación directa con el cuerpo físico sino también en relación con la construcción de un bienestar más amplio que involucra también sentirse bien con unx mismx. Y en ese sentido, no reponer todo el tiempo el binario, ni el estereotipo. La idea de la guía es validar todos los tránsitos y hacerlo desde un lugar activo, desde un lugar que no sea prescriptivo en ningún sentido. Por eso el otro día en la presentación Thomi hacía énfasis en que el espíritu general de la guía tiene que ver justamente con poner la despatologización en un lugar clave, que es no identificar inmediatamente a una persona trans con una hormonación y/o con una reasignación en automático, sino abrir las chances de que las construcciones son múltiples y no hay necesidad de construir lo trans automáticamente en función de la hormonación y/o de las cirugías. Si uno quiere pasar por esas instancias perfecto, la guía no es prescriptiva. Te tira algunas ideas para que sobre todo pienses cuáles son los objetivos que querés para tu vida.
Alan: A lo que apuntamos principalmente es a que las personas trans nos pensemos entre propios pares, y ahora me paro desde el lado de los chicos trans. Cuando uno dice que no hace tratamientos hormonales, que no los necesita, te re cuestionan, es como si ya no sos “tan tipo”, ya no sos tan trans. Cuando eso se mezcla con otras variables es muy loco el rechazo que hay. Parece que ser trans es querer ir en busca de un falo, es querer sacarte las tetas, es no usar tu vagina... y cuando vos decís “la verdad es que yo no tengo ningún mambo con eso, me encanta”, la respuesta es ¿qué te pasa? Me hace acordar a las discusiones de lesbianas o de gays años atrás, si había un gay que visibilizaba que le gustaba una chica lo cuestionaban: “Che, pero entonces no sos tan puto”. Bueno, con lo trans pasa un poco eso.
Ilona Azcel: Retomando un poco esta cuestión de las identidades, lxs que estamos armando la guía tenemos un consenso, creemos que no existe la identidad ontológicamente, sino que siempre existen construcciones ciudadanas y que unx hace su construcción personal, digamos, en relación con una dimensión que tiene que ver primero con un diseño ciudadano relacionado con las leyes. Está bueno pensar que no hay identidades fijas. No pensamos en que hay gente trans y todo el resto de la gente es no trans. La Ley de Identidad de Género propone una cosa súper revolucionaria, que es pensar al género no como una obligación sino como un derecho, y ese derecho es para todxs. En ese sentido, todas las personas estamos interpeladas por el Estado a preguntarnos si efectivamente el género que nos asignaron al nacer es el que queremos habitar y seguir habitando. Porque justamente para nosotrxs la lucha tiene que ver con transformar los patrones culturales. Queremos aprovechar esta posibilidad que nos ofrece la ley de poder desarmar la relación sexo/género y pensarlo en otro nivel. Por otro lado proponemos una gran discusión, dejemos los discursos psiquiátricos o religiosos de lado.
Thomás: A mí lo que me pasa, hablando mucho con pibes trans sobre hormonación, es que algunos tienen muy en claro que la palabra del médico es la palabra fundamental. Independientemente de cómo nosotrxs lo pensemos, es muy loco tratar de hablar con una persona que tiene todo eso tan naturalizado. Te dice: fantástico lo que me decís, pero el médico me dice tal cosa. Nosotrxs, desde la guía queremos interpelar a lxs médicxs diciendo: “Vos, médico, tenés esta responsabilidad y hay mucha gente que cree en vos y sólo en vos. Está bárbaro que propongas un tratamiento hormonal, pero fijate de alertar sobre las consecuencias”. El sistema médico nos ve como personas trans desde la patología. ¿La patología qué nos dice? Dice que nosotrxs odiamos nuestros cuerpos. Vos hablás con muchos profesionales de la salud y te plantean soluciones, que te van a modificar de manera tal que vos no sufras, y no siempre es así, no todxs sufrimos. Al menos no desde el cuerpo.
Alan: Que acompañen y que den la información correcta y necesaria. En general, uno va al médico y te meten el tratamiento sin avisarte nada. Si uno va por cualquier otra cosa, el médico te advierte los riesgos, cuáles son los órganos que se verán afectados, etc. A nosotrxs no nos dicen nada. A mí particularmente me pasó de ir a una consulta por una mastectomía y el médico me recomendaba que para llegar a la operación era mejor pasar por un tratamiento hormonal, a lo que yo respondí: “No, la verdad es que un tratamiento hormonal no quiero, no quiero que se me atrofien determinados órganos porque en mi plan de vida tengo contemplado gestar hijos”. El médico me dijo: “Bueno pero fijate”, poniéndomelo en duda. Hay algunos cambios que son reversibles, pero la mayoría no. Tampoco es lo mismo hacer un tratamiento hormonal a los 18 años que hacértelo a los 30. El médico tiene la responsabilidad de brindarte toda la información necesaria para que vos puedas tomar tus propias decisiones. Unx piensa después qué quiere hacer, piensa si quiere congelar un óvulo, etc. Se arma un plan de vida. Informar sin imponer.
Thomás: También queremos poner el eje de la discusión en la sociedad, en cómo construimos esta sociedad. Dejar de pensar en que las personas trans necesitamos tal y cual cosa. No, la sociedad necesita revisar sus prácticas y sus diálogos cotidianos con el médico también. Los médicos tienen un lugar de poder no sólo frente a las personas trans, sino frente a la población en general. La guía es para decirle al médico: “Fijate que me tenés que controlar esto y esto, lo leí en el material. Tomá, te acerco la guía o la bajás por Internet si tenés dudas”.
Ilona: Uno de los puntos fuertes de la guía es justamente eso. Sabemos que en la comunidad trans hay un boca a boca de mucha información. Entonces, para nosotrxs pasa algo re interesante que tiene que ver con armar o lograr articular esos saberes en la guía. Por un lado nosotrxs hicimos una primera puesta recopilando esa información, sobre todo en dos direcciones. Una que se llama “el arte de trucarse” (trucarse tiene que ver con esas estrategias de feminización o masculinización, no con lo médico), y por el otro, también recopilar esos saberes que sí tienen que ver con lo médico.
Thomás: Algunos médicos están revisando la guía. Lo que nos interesa que chequeen es sobre todo la revisión con temas de dosis hormonales o cosas muy específicas relacionadas con eso. La idea es que las buenas prácticas las propongamos desde nuestro lugar de personas trans. Es decir: “Nosotrxs, las personas trans te contamos a vos, profesional de la salud, cómo nos sentiríamos más cómodos, qué te sugerimos para atendernos y cómo es que nos tenés que tratar porque la ley te obliga”. La corrección más fuerte va a ser desde las mismas personas trans, que queremos que modifiquen sus prácticas con nosotrxs.
Alan: Dejar en claro que en esta revisión los aportes de las personas trans van a ser muy importantes, no por egoísmo con el sistema médico, sino porque creemos que las personas trans tenemos que sentarnos a mirarnos y a discutir. Es por eso también que creamos un capítulo de debates. Sabemos que no vamos a poder cambiar todo, puede venir una organización a decirnos “me parece importante definir qué es una travesti, un transexual”. Nosotrxs, desde CAPICÜA, no creemos que ésa sea la forma, pero si a vos te parece importante lo vamos a incluir en ese capítulo.
Ilona: Queremos construir un saber colectivo, colectivo posta, que involucre a todos los niveles de debate, en contra de esto que hablábamos del saber médico como saber hegemónico y que algunxs profesionales usan para ponernos en un lugar de no saber absoluto. Está bueno interpelar al sistema médico para que reflexionen en relación con todas sus prácticas. Los médicos tienen un saber que está construido en base a ciertas coordenadas, que desde la aprobación de la ley de género nueva son discutibles. Despatologizar es salir de un paradigma histórico-médico-biológico y pasar a un paradigma de DD.HH., que es lo que propone la ley. Empecemos a repensar todos los saberes, empezando por los académicos. Por la Facultad de Medicina, por la Facultad de Psicología. No está mal que demos Freud, está mal que demos Freud sin el contexto nuevo. Porque Freud es un momento histórico de lectura interesante que produjo toda una serie de transformaciones político-institucionales en los ámbitos del saber. A partir de la nueva ley Freud no se puede seguir dando de la misma forma, ni Freud ni todo un paradigma que se baja como si fuera una naturaleza, cuando en realidad son construcciones histórico-políticas, como todo conocimiento que responde a coordenadas específicas. Empezar a pensar esto, la comunidad LGBTIQ, con un saber construido que quiere interpelar al sistema médico, no como alguien que va a pedirles permiso, sino como gente que ya tiene práctica y herramientas. Lograr un consenso desde ambos lugares.
Ilona: No nos importa hablar de que se trata una faloplastía por ejemplo y quedarnos en eso, lo que nos interesa es brindar información detallada. Cómo es el postoperatorio, cuánto dura, si vas a necesitar alguien que te acompañe, etc. Hay guías que dicen “una faloplastía es esto, esto y esto”. Pero nos parece importante dar información de todo.
Alan: Sabemos que somos muy pocxs lxs que podemos presentar un certificado en el laburo y decir: “Bueno éste es el tiempo que tenemos que estar ausentes y está todo bien”. En nuestro colectivo hay mucho laburo independiente y muchas realidades distintas. Por ejemplo, si una persona independiente se quiere hacer una determinada cirugía, tiene que contemplar el tiempo que va a estar inactivo sin trabajar, que no es cosa menor. A veces no contamos con el acompañamiento de nuestra familia. Cada caso es diferente.
Thomás: La parte de cirugías la pensamos como personas trans. Qué dudas nos surgen desde ese lugar, qué queremos saber. Existen un montón de páginas de Internet que explican los procedimientos de las operaciones. Pero muchas veces todo lo que no involucra a los médicos no lo sabemos, por eso llamamos a la comunidad a contar sus propias experiencias personales. Desde CAPICÜA dejamos abierta la invitación. Nos encantaría que sea una guía de salud trans de CAPICÜA, pero también que sea de todas las organizaciones, activistas y militantes. Que todxs la militemos, la difundamos y nos apropiemos de ella. Queremos lograr un consenso amplio, esto nos permitirá sacar un gran material.
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