Vie 18.07.2014
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FÚTBOL ABIERTO

La lesión del maestro

Las bromas y la vergüenza que cayeron sobre el jugador de la Selección, que comentó en rueda de prensa una lesión en el ano, dejaron en evidencia qué prejuicios siguen en juego y a qué partes del cuerpo les toca llevarse la marca...

› Por Liliana Viola

Luego del triunfo ante Holanda, la picaresca argentina fotoyopeó a Javier Mascherano como el Gran Capitán, el padre de la patria. Los puntos de contacto entre el defensor y el Libertador a los que apuntaba el chiste no incluían al affair del ano, pero es cierto que también sobre José de San Martín, héroe que cruza los Andes cargado en camilla aunque no tan definitiva como la que se cargó del Mundial a Angel Di María, se han sugerido dolores de estómago, molestias raras y hasta hemorroides. Sea mera casualidad o marca en el orillo de los héroes, y fuera de broma, el comentario abierto de Mascherano en la conferencia de prensa marca un hito en el discurso sobre el cuerpo en el relato deportivo. “Me abrí el ano y por eso el dolor. No quiero ser grosero...” Es que pase lo que pase en el área anal, si se divulga, será para desprestigio de su dueño o dueña; a menos que lo rescate la coartada de la entrega total. Y no la entrega de la pasiva que se deja sino la de la activa, que se sacrifica porque es macho: algunos cronistas llegaron a describir la jugada de la lesión como “una inmolación de Masche para resguardar su arco”.

Quedan pocas opciones para el que será tan recto como deba ser: o se lo rompe por los demás o se lo rompen a él. Pero en la escena que quedará en la historia como aquellas estampas sanmartinianas escolares, el jugador comenta su lesión con inusitada soltura. Por un lado refuerza la metáfora que tanto circuló en este Mundial “dimos todo” y además intenta aportar la mayor información sobre una jugada tan alabada y que lo dejó dolorido en el campo de juego/batalla. Mascherano, por un instante, habló como si el ano fuera una parte del cuerpo humano y no “otra cosa”. Dice ano como si esa zona mereciera el respeto o la indiferencia que tienen en el fútbol los meniscos, palabra por cierto bastante más sospechosa, pero con menos prontuario. Con esta jugada, que despertó las bromas más previsibles, el gran capitán se desmarcaba de las reglas del lenguaje apropiado que impone a los futbolistas tener un cuerpo que no se nombra, aunque se exhibe en peinados, zapatillas, lomazos y poses. Un cuerpo desproporcionado que abunda en huevos y pelotas para ponerlos una y otra vez en la cancha, o para retacearlos cuando otra zona, el pecho frío, está más desarrollado que el resto. La inclusión del ano en el repertorio anatómico del jugador, si no cambia la historia, al menos deja en evidencia la existencia de una restricción. Hablar del culo abierto es sinónimo de debilidad y de allí a la feminización y a la homosexualidad hay solo un pase. La palabra “puto” debe de haber estado entre las más solicitadas a la hora de alentar con cariño y sin ninguna conciencia homofóbica a la selección. Puto sirve para que el jugador corra, para que se levante y para que haga un gol. Si es el jugador del equipo contrario sirve también para lo inverso. Es que los pares activo y pasivo, defensor y delantero, señor y señora, siguen funcionando como ordenadores jerárquicos. Cuando un periodista pícaro le busca la lengua a Agüero, preguntándole si él también estaba “dispuesto a abrirse el ano en la final”, el jugador, consciente de la emboscada, contesta con el doble sentido, pero continúa con datos técnicos. “Los defensores y mediocampistas están más expuestos porque van al piso. Yo soy delantero y, por las dudas, no me tiro.” Mascherano, tocado, ha dicho en su descargo: “A más de uno le pasó lo mismo que a mí... No voy a dar nombres”.

La historia en la que todos quieren entrar, pero nadie quiere que les entre, va cambiando con gestos y con pasos reiterados, aunque sean tan pequeños como el ojo del culo. Y este episodio protagonizado por el gran capitán, que –¡oh coincidencia!– fue presentado como “la confesión de Masche tras el heroico cierre ante Robben”, haya sido de culo o no, pudo ser uno.

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