CONSULTORIO BDSM
› Por Pablo Pérez
La palabra “switch”, en la jerga BDSM, define a aquellas personas que pueden adoptar el rol de dominantes o sumisas según la situación, el estado de ánimo o el/la partenaire. La Vieja Guardia (Old Guard), movimiento pionero de la comunidad leather en Estados Unidos, surgido en los años ’50 y del que entonces sólo participan homosexuales masculinos, rechaza la aceptación del fenómeno switch. Recién en los años ’90, con la aparición de la New Guard, los switchs son admitidos como miembros plenos de la comunidad BDSM, aunque subsiste en muchas partes de la escena una cierta resistencia. “De los switchs podés esperar cualquier cosa, no son confiables, nunca me relacionaría con uno”, “me encantan pero para hacerlos mierda y tirarlos, ya hice mierda a un par de switchs”, son sólo un par de los comentarios discriminantes referidos por Mrbluesky, miembro de Mazmorra, en un foro en el que un grupo de switchs comparte sus experiencias.
Algunxs switchs cambian de rol durante una misma sesión con otrxs; estamos también lxs que somos dominantes o sumisxs, según con quién estemos sesionando, y lxs que tenemos períodos de tiempo más largos en uno u otro rol. Por otra parte es bastante habitual que un/a Amx haya comenzado como esclavx; en este caso no sé si correspondería hablar de switch (que en inglés es el interruptor de la luz o una máquina), porque no es que cambie de rol según la ocasión, sino que experimenta en carne propia las prácticas que más adelante aplicará a sus esclavxs, lo que parece más bien un camino de aprendizaje para llegar a ser Amx.
Hace poco abrí un perfil como switch en Recon (en Mazmorra me presenté así desde el comienzo). Durante un tiempo tuve dos, uno como Amo y otro como esclavo, pero no me sentía cómodo con el engaño, prefiero presentarme como soy. Entré en el sadomasoquismo leather en los años ’90 como esclavo de una pareja de Amos. El trío funcionó a la perfección hasta que los dos Masters se pelearon entre sí y yo seguí viendo a cada uno por separado. Uno de ellos me invitó una vez a una fiesta donde lo vi por primera vez desnudo y en cuatro patas lamiendo botas. Todo el morbo y su imagen de autoridad se me vinieron al piso y no pude volver a sesionar con él.
Pero con los años yo mismo me fui volviendo un switch: por una cuestión de supervivencia adopté el rol de Amo, porque esclavos hay muchos y los Amos escasean. En el último relevo que hice en los sitios de contactos BDSM en Argentina encontré como mucho quince Amos homosexuales en actividad. A un par ya los conozco y no puedo volver con ellos, al resto no le interesa conocerme, tal vez porque, justamente, en mi perfil indico que soy switch. Pero el mío es un caso particular, como en realidad todos los casos lo son. Ahora formo filas con lxs switchs, pero quién sabe si un día no aparece el Amo Ideal y me manda de un cachetazo al corral de los esclavos.
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