Viernes, 11 de septiembre de 2015 | Hoy
“LE CUENTO QUE SOY VIH POSITIVO Y REACCIONA HACIENDO UN ESCáNDALO”
Empecé a trabajar en Casa Veccia del shopping Alto Palermo en marzo de 2015, como encargado del turno de la noche. Me contrataron en blanco y si bien desde el principio me empezaron a hacer los descuentos para los aportes, no me afiliaron a la obra social de inmediato. A los siete meses de trabajo y cansado de las excusas que la empresa ponía para no explicarme por qué no me podían afiliar me dirigí directamente a la obra social. Allí me dijeron que la empresa tenía una deuda de un año. Yo algo imaginaba, ya que como encargado del local recibía la correspondencia y fui viendo cómo llegaban intimaciones de la AFIP, del sindicato, etc. Lo hablé con la supervisora, que siempre tuvo una notable mala onda conmigo. Le cuento esto y ella promete que va a hablar con los dueños. A esto le siguen un montón de evasivas. Mientras, yo seguía trabajando unas doce horas diarias, haciendo un reemplazo, cobrando las horas extra en negro. Por esos días había empezado a tomar una nueva medicación: Atripla, que a veces genera efectos secundarios. Nada grave, mareos, malestar, por ejemplo, durante la primera semana. Un día llegué medio mareado a trabajar y la supervisora le empezó a preguntar al resto de mis compañeros si yo iba drogado. Me entero de esto y le hablo en privado. Le cuento que soy VIH positivo, le hablo de la serología, le explico de qué se trata el VIH. Reacciona haciendo un escándalo, diciendo que era mi obligación decírselo a la empresa, que yo era un peligro y que yo debí haber aclarado que tenía la enfermedad. Desde ahí comienza a hacerme la guerra interna. En un momento me dice que declarar mi enfermedad me podría ayudar a que la empresa agilice el tema de la obra social. Finalmente lo hago, a través de un telegrama. A los dos días llego a trabajar y me encuentro con la puerta de entrada bajo llave. La veo y me dice que yo ya no pertenezco más a la empresa, sin ningún preaviso. Luego me llega un telegrama —a dos días de haber informado que vivo con VIH— donde dice que me despedían con causa: haber insultado a la encargada. Con mi abogado estamos iniciando las acciones judiciales que corresponden. Mientras tanto, el domingo pasado hicimos un escrache en el Alto Palermo, pertenezco a la Red Argentina de Jóvenes y Adolescentes Positivos (Rajap: rajap.org). Con ellos organizamos el escrache y reunimos unas 40 o 50 personas. Pero lo llamativo es que ese día hubo mucho más de 50 personas. Era gente que pasaba por el shopping, le llamaba la atención la manifestación, preguntaba y se quedaba dándonos su apoyo.
Lucas
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