Hoy hace un año, el 14 de noviembre, llegaste a mi vida para cambiarlo todo.

Ojos chiquitos con rasgos claros e iluminadores. Manos temblorosas, pero con terminaciones concisas y delicadas, todo tu ser me hablaba en cámara lenta. Te llamé Dante, y vos me transformaste en “Papá Fer”, en un padre más de los muchos padres que hay. Pero un padre gay que aún se pregunta por esta maravilla. En este año aprendiste a hablar y me enseñaste a nombrar las injusticias que enfrento. Aprendiste a dar tus primeros pasos y yo aprendí a no retroceder ni un paso, aunque tenga miedo. El pañal, la mamadera, el “se hizo caca otra vez” o “tiene fiebre” son cosas de todos los días, como es cosa de todos los días escuchar “ser padre gay puede afectar a tu hijo”, “homosexual cría homosexual”, casi como predicciones de falsos profetas. Hoy digo: no temo criar a un hijo gay, lo que sí temo es que la homo/trans/lesbofobia lo pueda dañar. Ojalá no lo toque.

Cien veces me dijeron: “NO, vos padre NO”. Hoy, Dante y yo decimos: “SOY Padre, SOY Hijo, SOMOS Familia”.

Gracias, Dante, por existir.

Feliz 1º añito (perdón si soy cursi).

Fernando Adrián Juárez