Soy una chonga de 28 años y me dedico a la pintura de oficio, arreglos de albañilería y hago el tratamiento para humedades de cimiento Sika, todo por la zona de la Ciudad de Buenos Aires. Empecé en el oficio de la construcción como aprendiz de pintor hace unos 3 años. También, al tiempo ayudé a un amigo arquitecto a remodelar su casa, y ahí me metí en la albañilería.

Trabajando voy aprendiendo, y aunque a veces las obras que se hacen de forma sencilla y rápida son las que disfruto más en el momento, siempre son mejores las que presentan algún reto nuevo. No hay manual ni instrucciones que puedan superar el aprender las técnicas con alguien y mandarse a practicar

La pintura siempre me gustó porque mi abuela paterna era una gran pintora, pero de cuadros. Quizás por eso, me fui encontrando mucho en este oficio, al que vivo como una mezcla de trabajo físico y artístico. Por supuesto, de todas las vetas de mi trabajo, la que más disfruto es la pintura.

Vivir de lo que nos gusta ya de por sí se sale de la norma. Pero aún mucho más cuando hablamos de un oficio, un rol, un lugar en la sociedad al que a las personas biológicamente asignadas “mujeres” no nos han permitido acceder. No por algún tipo de incapacidad física o mental, sino sólo por prejuicio.

Empoderarse en espacios como la ferretería, salir de la teoría e invadir esos “refugios sacros” para el machismo llenándolos de cuestionamientos, me genera situaciones donde tengo que practicar la paciencia ante todo. Pero es tan grande la satisfacción de saber que estoy y estamos -junto con las compañeras en oficios- allanando el camino para las nuevas generaciones de chongas, que nunca hubo prejuicio que me frene desde que empecé en esto.

Me gusta estar generando un grupo de trabajo con pibas, transmitiendo lo que fui aprendiendo; me gusta trabajar para mujeres; me gusta que empecemos a generar espacios y redes donde nos sintamos cómodas, como en familia.

Deseo siempre que los trabajos sean experiencias de limpieza, de renovación, de buena onda. Vivo mi oficio como un servicio, como un hecho artístico, laboral, pero también político.

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