–¿Usted tiene novio o novia?

La pregunta de Ezequiel fue de lo más natural, aunque un poco disonante en ese contexto.

–Novio, boludo, ¡no ves que es una señora! –se adelantó a contestar Lisandro.

–Ninguna de las dos cosas –concluí, sin faltar a la verdad, y continúe con la clase de historia en la escuela de un Instituto de Menores.

Ese fue el primer encuentro en el que participó Ezequiel. Luego no volvería a bajar hasta un par de meses más tarde. Durante ese tiempo estuvo aislado. Tenía una relación muy tensa con sus compañeros de encierro.

Durante aquella primera clase sus compañeros le pegaban palmadas en la cabeza y le gritaban:

–Gato.

En el siguiente cuatrimestre se formó un nuevo grupo para primer año con ingresantes recientes. Ezequiel volvió a la escuela. Hacía mucho frío, por alguna razón que desconozco no se habían prendido las calderas. Ezequiel sólo vestía una remera. Me saqué la campera y el pulóver. Le presté el pulóver y volví a vestirme la campera. Estaba contento, abrigado.

–Me parezco a la seño –decía.

El tema de la clase eran las costumbres de los hombres del Paleolítico, pero Ezequiel estaba interesado en preguntarme si iba a ciertos afterhours.

–A usted le gusta la música electrónica –afirmaba.

Un par de semanas más tarde estuvimos en clase sólo él y yo. Sus compañeros estaban de comparendo. Se forzó por realizar la actividad, por mostrarse perspicaz.

–Usted va a Amérika, yo conozco ese ambiente, tengo un amigo que me llevaba.

–¿Terminaste con el cuadro?

–Ahora lo hago, hablemos..., le gusta la de matemáticas, está buena.

–A ver qué pusiste en la cinco, ¿me dejás leer la respuesta?

–Si uno de nosotros le da un beso, ¿usted qué hace?

–Lo cago a trompadas –le contesté.

Se rió.

(...)

Un mes más tarde me lo crucé en el pasillo de la escuela, iba a la biblioteca.

–Hola, seño, eh, se cortó el pelo, seño, eh –me gritó. Fue la única persona que reconoció mi paso por la peluquería.

Hace un par de semanas egresó del instituto.

Los nombres han sido cambiados por tratarse de menores en conflicto con la ley.