CARTA DE UNA MADRE A SU PRESIDENTE
Como todos los padres, yo he conocido la esperanza. He conocido la esperanza de traer un hijo al mundo, de llegar a ser una buena madre, de que mi hijo aprendiera y creciera y fuera feliz. Como madre lesbiana también tengo otras esperanzas. Tengo la esperanza de que nuestro hijo nunca piense que su familia es de segunda clase debido a que sus madres no pueden casarse. La esperanza de que nunca sea acosado, amenazado o dañado físicamente por el hecho de tener dos madres. La esperanza de que cuando él sea lo suficientemente grande como para leer los diarios y escuchar las noticias, los relatos de odio y discriminación en contra de las personas LGBT sean cosa del pasado.
Cuando los niños tienen miedo de ir al colegio debido al acoso o al maltrato de sus compañeros, tienen menos posibilidades de tener éxito en la escuela y en la vida. Cuando ellos tienen que ocultar quiénes son, o esconder quiénes son sus padres, están aprendiendo a mentir, mientras que otros aprenden a no aceptar lo diferente. ¿Es esta la manera en que queremos forjar la próxima generación de norteamericanos?
Cuando nosotros no creamos un contexto que les provea a los demás la oportunidad de desarrollar su potencial, estamos obstruyendo su futuro y el de la nación entera. Esta pérdida de productividad comienza en las aulas, cuando nuestros chicos sienten el peso de la desigualdad, el cual puede continuar a lo largo de la vida. No obstante, ayudar a los niños americanos es algo más que una cuestión de derechos de las personas LGBT. Debemos reformar nuestro sistema educativo en todos sus niveles, alentar la excelencia en la enseñanza, y muchas otras cosas. Nuestras escuelas deben ser más seguras e inclusivas con sus estudiantes, todos los chicos deben poder gozar de una asistencia médica accesible, y deben poder esperar con ilusión que sea posible vivir en un medio ambiente limpio y sustentable.
Los derechos de las personas LGBT deben ser parte de ese todo. No podremos crear una cultura de inclusión y aceptación, mientras algunos sigan siendo marginados de los derechos de los que gozan otros. Los chicos aprenden la injusticia desde muy temprano.
Yo creo que usted es el presidente más amigable con las personas LGBT que hemos tenido hasta ahora. Y usted deja ver eso cuando dice que está comprometido con la búsqueda de igualdad para nosotros. Pero ¿debe ser esta lucha la prioridad número 1 de su gobierno? Ciertamente no. Nuestra economía y las guerras en Irak, Afganistán y el Medio Oriente son cuestiones más importantes. Sin embargo, los derechos de las personas LGBT son parte de la solución para los problemas más sobresalientes que como nación tenemos. Yo quiero decirle a mi hijo que usted está trayendo esperanza a nuestra patria. Por favor, no nos defraude.
Dana Rudolph
(Fundadora y editora de Mombian, un blog y directorio de recursos para padres LGBT.)
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