Parece broma pero es en serio. Tan popular es la figura del gay como mejor amigo que hasta Wikipedia les explica a las mujeres ex homofóbicas cómo conseguirlo, como si de mascota se tratara.

1. Primero que nada: tener en claro que no es decorativo. Tu amigo gay no será un accesorio cool para mostrarle al resto de tus amigos y que todos admiren tu apertura mental. Tampoco se convertirá necesariamente en tu asesor en moda personal. No necesariamente responderá siempre a los estereotipos clásicos. Así que hay que estar preparada para que no necesariamente tenga siempre un comentario ingenioso bajo la manga y te dé excelentes consejos sentimentales.

2. Donde encontrarlo: se puede empezar por los lugares obvios como peluquerías, la sección de diseño de las grandes librerías o museos de arte contemporáneo. También en los pubs clásicos o en el gimnasio. Encontrarlo en un curso de teatro es un clásico. Tu trabajo también puede ser un gran lugar para encontrar a tu amigo del alma. Siempre hay alguno. Y si todo eso no resulta, habrá que recurrir a aquel gordito de la primaria con el que nadie quería jugar. Ese no puede fallar.

3. No es como en la tele. Ya sabemos que en los programas de TV y las películas, los personajes gays suelen llegar al rescate de los dramas emocionales de los personajes hétero, mostrándose como los más fieles. Bueno, a olvidarse de esa idea. Tu amigo gay puede cagarte como cualquier otro.

4. Mucho más que una drag. Es importante que no sólo lo veas como una gran compañía para mirar y comentar programas de celebrities. Es probable, y no debería sorprenderte, que tu amigo gay quiera sacar otros temas de conversación además de maquillajes, chongos y depilación láser.