El Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo se creó en 1995 y empezó sus tareas en 1997. Su titular de entonces, Víctor Ramos, recuerda esos días así: “Teníamos una oficina mínima con seis empleados y un teléfono para los seis. Tuvimos casos emblemáticos, como la de la primera pareja de militares que salió del closet dentro de la fuerza y fueron echados, el colectivero que insultó al chico judío y luego se disculpó públicamente, el de la mujer que ganó el concurso de la Asociación Argentina de Tiro, manejada por militares retirados que no le querían dar el trofeo con la excusa de que la participación femenina en el torneo había sido en broma. Se empezaron a instalar las palabras discriminación, racismo y xenofobia. Antes de ’97, si le preguntabas a alguien por el racismo, te decía: ‘Si en la Argentina no hay negros’. La discriminación va mutando. Hoy a los chistes que se solía escuchar en los años ’80 y ’90 se los considera barbaridades. Que en la calle o en la escuela hoy se diga en chiste ‘te denuncio al Inadi’ es prueba de su importancia cultural. El Instituto ‘asusta’, a pesar de que no tiene fuerza represiva”. En 2001, Raúl Zaffaroni asumió como interventor. Luego, Enrique Oteiza. Desde septiembre de 2006 hasta fines de 2009 fue presidido por María José Lubertino. En diciembre de 2009, por Claudio Morgado con María Rachid como vice. El estrepitoso paso de Rachid y Morgado terminó con la renuncia de ambos en 2011, y fue nombrado interventor Pedro Mouratian. Para María José Lubertino está claro que el movimiento LGBT “ha sido en estos años uno de los que más ha sabido apropiarse de sus derechos. El Inadi ha sido una plataforma necesaria para amplificar esta acción. Es tiempo de que quienes han avanzado tanto y tienen un know how para transmitir cooperen con otros grupos para que también ellos consigan más políticas públicas.”