El rubberdolling es un fenómeno relativamente nuevo. Se ha sumado al abanico fetichista en las últimas dos décadas. Muchos rubberdollers atribuyen cierto aumento en la visibilidad del rubberdolling a la obra del fotógrafo alemán Peter Czernich, que se inició en las revistas especializadas Marquis y Heavy Rubber. El rubberdolling, además, tiene subgéneros:
Muñeca sumisa. La transformación en muñeca se da en función de asumir un rol sumiso en una relación sadomasoquista. El o la dominante controla todo lo que la muñeca hace, aprovechando las restricciones al movimiento propias del atuendo.
Muñeca sissy. El fetiche de la muñeca de goma “sissy” es frecuente en el colectivo transgénero y travesti. “Sissy” es un término peyorativo que alude al hombre que viola o no cumple con el papel que, desde el punto de heteronormativo, se le atribuye al género masculino. En la página Rubber World Rendezvous se explica que la “sissyficación” es un subtipo de crossdressing que en general está ligado al juego de cosplay.
Muñeca para el show. Es cuando las personas incursionan en el rubberdolling con propósitos de exhibición, ya sea dentro de la comunidad travesti o BDSM. Las muñecas se aggiornan para participar de muestras, convenciones, etc., lo más exageradas y voluptuosas posibles. Si el show forma parte de una convención BDSM, por ejemplo, las muñecas se exponen junto a su dominante, y juntxs montan una escena fetichista.
Muñecas artísticas. Es el rubberdolling con fines artísticos (performance, body art, teatro callejero, etcétera). No tiene que ver con el fetichismo sexual sino con fines específicamente estéticos.
Del blog drmarkgriffiths.wordpress.com
“Me he adentrado en el mundo de la goma, el látex y los trajes ajustados y brillantes desde que tengo memoria. En mi infancia me encantaba vestirme con capa y botas de lluvia. Ahora estoy más enfocadx en el látex, pero todavía sigo siendo fan de esos otros materiales, especialmente las botas de goma y plástico. Recién cuando me fui de casa para empezar mis estudios comencé a entrar en contacto intenso con el látex. Enseguida me enamoré de la sensación apretada de la ropa de goma, el olor, la textura. Me fui comprando algunas prendas sencillas de látex para mi novia y para mí, capuchas, medias y vestidos. Y no paré más en el camino de convertirme en esta mujer de fantasía.”
Testimonio de un usuario en rubberpupett.com
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