Dom 31.08.2008
turismo

SAN JUAN > EL PASO DE AGUA NEGRA

Penitentes de los Andes

En el límite entre San Juan y Chile, en plena Cordillera de los Andes y cerca de los 5 mil metros sobre el nivel del mar, se encuentra el Paso de Agua Negra, un lugar que deslumbra por las extrañas formaciones de hielos eternos, conocidas como penitentes.

› Por Guido Piotrkowski

El Paso de Agua Negra es una de las tantas fronteras que divide a la Argentina de Chile, y comunica la provincia de San Juan con las ciudades trasandinas de La Serena y Copiapó. La idea de perforar las montañas y construir un túnel para pasar de uno a otro lado durante todo el año desvela a las autoridades sanjuaninas, quienes planifican llevar a cabo la obra que, a mediano plazo, completará el corredor bioceánico y, en lo inmediato, podrá unir las ciudades de Porto Alegre y Coquimbo.

“El Paso de Agua Negra es de gran importancia para la provincia y constituye uno de los objetivos estratégicos del gobierno de San Juan. Ha sido definido como prioritario para el desarrollo económico de la provincia –explica Ubaldo Hidalgo, subsecretario de Turismo de San Juan–. En este momento se están realizando dos estudios de base: por un lado, el estudio geológico de la zona donde se construirá el túnel de baja altura; y por otro, el estudio económico y financiero de la operación del paso internacional. Simultáneamente se están construyendo dos tramos de la Ruta Internacional 150 (Ischigualasto-Jáchal) y se licitarán próximamente los dos tramos restantes”, agrega al funcionario.

Este imponente lugar, ubicado a 4700 metros de altura sobre el nivel del mar, no es sólo un paso fronterizo más sino que atesora en sus altas cumbres unas curiosas y particulares formaciones de hielo conocidas como penitentes.

“El incremento de la circulación de cargas y personas por el Paso de Agua Negra –señala Hidalgo– beneficiaría ampliamente a las regiones de Coquimbo y a la provincia de San Juan. Durante la presente temporada, más de 20 mil personas han transitado el Paso de Agua Negra, lo que representa un record histórico. Es de esperar que para la próxima temporada esa cifra de incremente un 50 por ciento.”

RUMBO AL HIELO ETERNO Turismo/12 partió desde las Termas de Pismanta, ubicadas a 182 kilómetros de San Juan Capital y en las inmediaciones de Jáchal –una de las ciudades más antiguas y preservadas de la provincia–, y del dique Cuesta del Viento –un maravilloso lugar para practicar deportes acuáticos–, y recorrió los 90 kilómetros que separan estos parajes sanjuaninos del encumbrado paso fronterizo.

Luego de un buen baño termal y un desayuno liviano para no cargar a un cuerpo desacostumbrado a los efectos de la altura –el exceso de comida puede causar malestares a quienes no estén acostumbrados a elevarse a tantos metros sobre el nivel del mar–, ya se está en condiciones de encarar las pendientes del largo y sinuoso camino hacia los fantásticos penitentes helados.

Federico Agüero, andinista, guía y verdadero apasionado de los paisajes sanjuaninos, condujo al grupo en su 4x4 hacia el Paso de Agua Negra, uno de los lugares más sorprendentes de la geografía cuyana. Para llegar hasta allí es necesario arrancar temprano en la mañana, ya que el último puesto de control fronterizo cierra a las seis de la tarde; y si se está realizando un paseo de ida y vuelta, entre paradas técnicas y fotográficas, el viaje puede llevar todo el día.

El trayecto es sencillamente maravilloso. La camioneta 4x4 zigzaguea por el ripio, dejando una estela de polvo al pasar. Las altas montañas cuyanas dibujan un tapiz de tonos rojizos y amarronados que invitan al viajero a detenerse una y otra vez durante el bellísimo recorrido.

Si la idea es ir para realizar alguna actividad de turismo aventura, como escalar o realizar un trekking por las alturas, es necesaria la aclimatación previa. Agüero recomienda ir con un par de días de antelación. “Para poder acceder y hacer trekking uno necesita aclimatarse de una a dos noches, dependiendo de la cumbre que se vaya a encarar. Se puede acampar en Guardia Vieja, donde está el puesto de Gendarmería, o doscientos metros más arriba, donde hay un puesto de vialidad y un refugio que se acondicionó pensando en los amantes de la montaña y en andinistas. La autorización se pide vía mail o telefónicamente a Vialidad o al Club Andino Mercedario en San Juan. Puede acceder cualquiera y es gratuito”, indica el guía.

Luego de más de dos horas de curvas y contracurvas, de ascenso ininterrumpido, los efectos de la altura se hacen sentir, los oídos se tapan y la cabeza comienza a doler. Al final, los imponentes penitentes aparecen súbitamente en medio del agreste paisaje cordillerano. Los más desprevenidos quedan descolocados al ver de cerca estas increíbles puntas de hielo. Enseguida, la camioneta se estaciona al lado de uno de los laberintos de hielo que se corta abruptamente sobre el camino. Hacia abajo se puede avistar otra formación más; y en la montaña al otro lado del estrecho valle, otra más.

El frío allí arriba es cosa seria; la fauna, nula; la vegetación, rala; el viento, helado; el silencio, estremecedor. El experto andinista trepa las formaciones resbaladizas y se adentra en el planeta penitente; parece fácil, pero no lo es. El grito de júbilo rebota en el lado chileno y vuelve cual boomerang hacia los penitentes, se pierde en el laberinto de hielo con formas puntiagudas producidas por la erosión del viento y los tibios rayos solares, que ya dejaron de alumbrar y calentar este lado de las montañas.

Subnotas

(Versión para móviles / versión de escritorio)

© 2000-2022 www.pagina12.com.ar | República Argentina
Versión para móviles / versión de escritorio | RSS rss
Política de privacidad | Todos los Derechos Reservados
Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux