Domingo, 4 de octubre de 2009 | Hoy
ESCAPADAS > DESTINOS BONAERENSES
En una estancia, un hotel con spa, una casa de campo y hasta un vagón de tren, cinco escapadas bonaerenses para atenuar el estrés de la gran ciudad y relajarse el próximo fin de semana largo, cerquita de Buenos Aires. Para los más activos, también hay pesca, cabalgatas y actividades deportivas.
Por Julián Varsavsky
El próximo fin de semana será largo, y pasada la ola de frío polar los aires de la primavera llegan por fin con renovado esplendor. Cobra vigencia entonces la necesidad de una escapadita a alguna estancia, hostería, hotel de campo o spa en la provincia de Buenos Aires, para alejarse un poco del encierro de la gran ciudad sin necesidad de recorrer distancias demasiado largas para apenas tres días. Hay propuestas y actividades para todos, grandes y chicos, activos o con ganas de descansar. A continuación, cinco alternativas para hacerse un viajecito reparador y volver.
UN SUEÑO BARROCO A 120 kilómetros de Buenos Aires, cerca de la localidad de Lobos, la estancia Santa Rita quizá sea el ejemplo mejor logrado de la estancia argentina con pretensiones europeístas, plasmadas particularmente en una sofisticada arquitectura y una decoración recargada. Todo aquí refleja un lujo desbordante, en medio de una planicie de la Pampa Húmeda rodeada de árboles. Ya desde la entrada, una tranquera afirmada entre dos pilares art-nouveau tiene algo para decir sobre lo que le espera al visitante al final de una calle arbolada que se interna triunfal en la estancia.
El origen de Santa Rita se remonta a los tiempos del Virreinato del Río de la Plata, cuando en 1795 fueron cedidas a la familia Ezcurra 16.000 hectáreas. De aquella época todavía se mantiene en pie una capilla histórica.
Tan extensa era la estancia –aunque hoy sólo abarca 200 hectáreas– que tenía dentro de sus límites tres estaciones de ferrocarril. Pero con los siglos el terreno se fue subdividiendo y así el casco de Santa Rita fue pasando por distintas manos hasta que lo compró su actual dueño, en los años ’90 y literalmente en ruinas.
Lo que quedaba entonces de la estancia fue restaurado y rediseñado por su nuevo propietario, en un estilo barroco flamenco que convirtió al rústico casco en una típica morada flamenca de la segunda mitad del siglo XVIII, un poco al estilo de las que se ven en la Grand Place de Bruselas. Hoy en día la fachada de Santa Rita tiene algo de castillo, con una torre y una cúpula, pero también el toque moderno que le otorga su frente vidriado.
En el edificio original la torre se utilizaba para otear el horizonte en prevención de la llegada de los malones aborígenes. Eran otros tiempos: hoy, en cambio, alberga un espacioso cuarto con un panorama increíble sobre las extensiones del paisaje pampeano.
La decoración interior del casco de Santa Rita desborda en suntuosidades: largos cortinados, esculturas de doncellas aladas, medallones, frisos, detalles texturados en las paredes, ménsulas, coquetos rincones de lectura, chimeneas y laberínticas escaleras que conducen a las terrazas. Y en los cuartos llaman la atención las camas imperiales cubiertas con un baldaquín.
Los exteriores del casco también son suntuosos, a la medida de la estancia, con 40 hectáreas de avenidas de eucaliptos, casuarinas y ombúes que forman bosques donde es posible cabalgar y toparse incluso con una Venus de Milo, pasando luego por sofisticadas fuentes, una cancha de pelota vasca, una deslumbrante pileta y una fauna que va desde cigüeñas y garzas hasta una llama algo desorientada.
BIENVENIDOS AL TREN Menos lujosa, pero tal vez más original, es la propuesta campestre que a 100 kilómetros de la ciudad de Buenos Aires y 50 de La Plata –en los pagos de Magdalena– invita a dormir en un vagón de tren. No hay que temerle al traqueteo: hace rato que los vagones están inmóviles y reconvertidos en un curioso hotel bien mimetizado con el bucólico paisaje.
Este establecimiento rural en las afueras del pueblo de Bartolomé Bavio se llama Los Dos Vagones y garantiza una tranquilidad absoluta en medio del horizonte sin fin de la Pampa, donde no hay más ruidos que los del molino de viento, las hojas mecidas por la brisa, los pájaros y el mugido de alguna vaca.
Como tantos otros en el territorio argentino, el pueblo surgió alrededor de la estación de tren Bartolomé Bavio a comienzos del siglo XX, para cerrar a finales del mismo siglo al interrumpirse el servicio ferroviario. En 2002 la familia Gattari adquirió en la zona un campito con dos vagones para dedicarse al turismo rural. Y la propuesta fue un éxito, ya que para dormir en las habitaciones dobles y cuádruples de Los Dos Vagones hay que reservar con bastante antelación.
Al predio de 21 hectáreas con montes de acacias, eucaliptos, talas y paraísos se ingresa cruzando una tranquera en un desvío que nace en la Ruta Provincial 36 y recorre un corto camino vecinal de tosca y conchilla. Si llegara a hacer calor, en Los Dos Vagones hay una piscina que invita a reposar bajo el sol primaveral. Y si hiciera frío, en el salón de usos múltiples hay una salamandra a leña, televisión e Internet satelital y mesa de ping-pong. Pero el fuerte son, por supuesto, el reposo y las actividades al aire libre: se puede andar a caballo, en sulky o en bicicleta y visitar una aguada con patos, gansos y garzas. Los chicos se interesan particularmente en la huerta orgánica, los animales de granja, el criadero de caracoles y algunos juegos situados en medio del bosque.
Los vagones son de madera de lapacho y cada uno tiene un cuarto matrimonial y otro cuádruple (aunque no se alquila el vagón a dos familias), con una decoración rústica y sencilla.
Desde Los Dos Vagones se suele salir a recorrer viejos pueblos de origen ferroviario como Bavio, Arditi, Payró, Vieytes, Atalaya y el Parque Costero Sur, que va desde Magdalena hasta Punta Indio a lo largo de la Costa del Río de la Plata.
SPA FRENTE AL MAR La combinación que ofrece el Hotel/Spa Puerta del Bosque de Miramar es por cierto tentadora: mar, spa y cocina gourmet. El complejo está ubicado a metros de la playa, alrededor de una piscina donde se levanta un hotel de tres pisos con 16 habitaciones y cinco dúplex en un módulo separado. Los servicios incluyen pileta cubierta con hidromasaje, sala de masajes, saunas seco y a vapor, duchas escocesas y sillón masajeador. Para las actividades al aire libre hay canchas de voley, fútbol y fútbol-tenis, en un ambiente silencioso rodeado de bosque.
Las cabañas están equipadas con las comodidades de una casa: estar/comedor, cocina integrada, parrilla propia, dos dormitorios (uno con balcón), calefacción y cocheras individuales.
ESTANCIA EN CHASCOMUS A 9 kilómetros de la ciudad de Chascomús, un camino de tierra conduce hasta la tranquera de La Horqueta, una estancia a orillas de la laguna Vitel. Allí hay que bajarse del auto, abrir la tranquera, pasar y volver a cerrarla, cumpliendo con una especie de ritual que da a entender que se ha llegado al medio del campo. Se trata de una estancia agrícola-ganadera de 200 hectáreas en plena producción, algo que se aprecia enseguida al avanzar entre los sembradíos de trigo hacia un tupido monte de árboles altísimos que protegen el viejo casco. Una vez cerca, se vislumbra una antigua casa de campo estilo Tudor rodeada de jardín. Unos metros a la izquierda hay un segundo casco de estilo más criollo con cinco habitaciones, que al igual que el anterior data de 1928. Alrededor hay un parque diseñado hace 80 años por un paisajista, con jacarandáes, palos borracho, ceibos, tilos, tipas, magnolias, plátanos, robles, casuarinas, acacias de Constantinopla, palmeras canarias y aguaribay.
A pocos metros del casco de La Horqueta se abre el espejo de la laguna Vitel, que abarca 1150 hectáreas y cada atardecer se abarrota de garzas blancas y moras, patos barcinos y overos, gallaretas, benteveos y algunos ejemplares del elegante cisne de cuello negro.
Entre las actividades disponibles se pueden hacer cabalgatas, paseos en bicicleta y jugar al voley, ping-pong y fútbol. La gastronomía incluye asados al aire libre bajo las arboledas, pastas con salsa de hongos o cuatro quesos y pejerrey con verduras grilladas. Y para los postres hay tarta tibia de manzana con helado de crema, panqueques y lemon pie.
LO DE RAMON Y MARIA En las cercanías de la localidad de Lincoln, a 420 kilómetros de Buenos Aires, se puede visitar y alojarse en la estancia Ramón y María, que abarca 2500 hectáreas y tiene un elegante parque diseñado por un discípulo de Carlos Thays. En la estancia hay dos tambos lecheros y un haras con cien caballos deportivos. Pero tienen como actividad complementaria el turismo, al que reciben en apenas cuatro cuartos (dos suites matrimoniales con baño privado y dos dormitorios dobles que comparten un baño). Entre las actividades posibles se ofrecen cabalgatas por la inmensidad del paisaje pampeano hasta una laguna, siempre dentro de la estancia, para observar aves y también pescar pejerreyes. La estancia tiene piscina y brinda gastronomía típicamente casera y de campo, con productos de elaboración propia, ya que cada quince días se faena una vaca y hay leche fresquísima todas las mañanas, usada también en la producción de dulce de leche.
Estancia Santa Rita: El alojamiento en habitación doble estándar con pensión completa y actividades –un día y una noche– cuesta $ 305 por persona. El día de campo con almuerzo, merienda y actividades cuesta $ 160. Más información: www.santarita.com.ar
Los Dos Vagones: Los vagones convertidos en habitación de hotel están equipados con televisión satelital, equipo de música, microondas, anafe con horno, termotanque, heladera, aire acondicionado frío/calor, parrilla, reposeras y hamacas paraguayas para atar entre dos árboles. Además se ofrece un servicio de masajes descontracturantes y limpieza de cutis.
–El alojamiento desde el sábado a la mañana hasta el domingo a la noche cuesta $ 480 para dos personas ($ 120 por cada niño hasta 12 años). Incluye un desayuno, una cena completa (sin bebidas) y paseos a caballo, sulky y bicicleta.
–Más información: Tel.: 0221-15-4779977 / 011-15-49715759. www.losdosvagones.com.ar
n Hotel/Spa Puerta del Bosque: La habitación doble estándar cuesta $ 396 por día. Una cabaña para dos pasajeros cuesta $ 576 por día. Los precios incluyen desayuno, acceso al spa y animación para niños.
–Más información: www.puertadelbosque.com
Estancia La Horqueta: El fin de semana
(una noche y dos días) cuesta $ 420 más IVA por persona (incluyendo almuerzo, merienda y cena del sábado, más el desayuno, almuerzo y merienda del domingo).
–Más información: Tel.: 4777-0150 y 15-6820-2005.
www.lahorqueta.com
Ramón y María: El alojamiento con pensión completa y actividades cuesta $ 240 por persona.
–Más información: Tel.: 4801-9707 y 02355-498080.
–Más datos sobre esta estancia y las anteriores
en [email protected] y www.guiatierrabuena.com.ar
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