CORRIENTES. MONTE CASEROS, NATURALEZA Y PESCA
En la otra “triple frontera”, Monte Caseros es un destino bien conocido de los amantes de la pesca, y también una ciudad tranquila y amigable que invita a los safaris fotográficos y el contacto con la flora y la fauna. Un paseo correntino, a orillas del río Uruguay.
› Por Benito Insua
Si una localidad se forma gracias a los hombres que la habitan, tomando de ellos sus valores e impulsos productivos, en Monte Caseros la templanza diaria de los habitantes está marcada a su vez por el paisaje del sur de Corrientes, por los ríos y sus afluentes. El río Uruguay también marca la cultura local, poniendo un límite a la cercanía que la mezcla cotidianamente con dos localidades hermanas: Bella Unión, en Uruguay, y Barra do Quaraí, en Brasil. Porque Monte Caseros es el punto local de esta otra triple frontera, menos promocionada y convulsionada que la misionera. Así esta ciudad correntina se presenta interesante y desconocida, con 30.000 habitantes y una historia que se cuenta según el cristal con que se mire. En los documentos disponibles para análisis existen dos fechas fundacionales, una que habla del 2 de febrero de 1855 –cuando Caseros dejó de pertenecer institucionalmente a Curuzú Cuatiá– y otra que se vuelca a la idea de que el pueblo, que antes de llamó Paso de los Higos por el monte de higueras situado en la costa del río del Uruguay, ya había sido fundado en 1829 como asentamiento en defensa de las invasiones indígenas.
NAVEGANDO EL URUGUAY Para comenzar a reconocer los primeros pasos de este punto tripartito que une a la Argentina, Uruguay y Brasil, los lugareños sugieren embarcarse en lancha junto con un guía y navegar por el río Uruguay hasta su confluencia con el río Miriñay. Allí se encuentra uno de los tres monolitos construidos en 1901 que afirman simbólicamente la unión de la triple frontera.
También los ferrocarriles hablan por sí solos de la historia de Monte Caseros. Aquí se inauguró en 1875, de la mano del entonces presidente Nicolás Avellaneda, la primera estación de trenes de la provincia, que unía al pueblo con la localidad entrerriana de Federación. Declarado Museo Histórico Nacional, dentro de las instalaciones –que se pueden visitar todos los días– se exponen objetos y documentos de los primeros habitantes de la zona. Frente al museo está el Mural que cuenta la historia de la ciudad y sus lugareños, en imágenes realizadas por el escultor mexicano Ariosto Otero, la bonaerense Cristina Gersaghi y el correntino José Kura, con la colaboración de escultores locales.
Luego el agua vuelve a ser la referencia, sobre todo cuando se trata de actividades al aire libre. Ríos, arroyos y riachos que atraviesan campos se transforman en zonas aptas para la caza deportiva, controlada y previamente acreditada ante las autoridades. Por allí son habituales los avistajes de vizcachas, liebres, nutrias, zorrinos, carpinchos, chanchos salvajes, gansos y perdices, entre otras especies que conforman una fauna variada.
HORA DE PESCAR En este ambiente no puede sorprender que la pesca sea una de las actividades más frecuentes de locales y visitantes, que se abrazan con sus cañas, moscas y carnadas al río Uruguay y sus afluentes. Los más avezados utilizan cucharas para enojar y confundir al pez, y algunos se embarcan para utilizar la técnica de trolling, que busca seducir a la presa a través de un señuelo arrojado al agua.
Junto a otras ciudades correntinas costeras como Esquina, Goya, Bella Vista, Empedrado y Paso de la Patria, esta zona se destaca por la extracción de dorados, el gran representante de la fauna ictícola local conocido como el “tigre de los ríos” por su peso (que puede llegar hasta los 20 kilos) y su resistencia a ser atrapado. Hasta Monte Caseros llegan, sobre todo desde septiembre en adelante, pescadores de distintos puntos del país atraídos por la posibilidad de hacerse también de unas bogas, patíes y surubíes de peso considerable. También pican algunos especímenes menores como los bagres, moncholos y apretadores.
Como coronación de esta tradicional relación entre la pesca y la ciudad, los montecasereños organizan el Torneo de Pesca Variada con Devolución de la Triple Frontera todos los años en el mes de junio. Además del concurso se realizan exposiciones y hasta se elige a una reina local, como para completar la tradición de toda fiesta que se precie.
Después de la pesca, si la idea es meterse de lleno en la flora local hay distintas alternativas: en particular los safaris fotográficos, para disfrutar de las bellezas selváticas con especies coloridas de algarrobos, espinillos, ñandubay, timbó, lapacho, sauce criollo y laurel, entre otras. Por las mañanas los turistas más apegados a la aventura se suman a paseos en lancha por un circuito de islas e islotes y monumentos históricos que forman parte de triple frontera.
Cuando el sol empieza a pegar fuerte, desde fines de noviembre, y se asoma el cargado verano correntino, definitivamente el río Uruguay pasa a ser definitivamente el lugar más atractivo de la zona, con sus playas de arena y los numerosos balnearios que se tocan con bares, restaurantes y parrillas a lo largo de seis kilómetros. Por las tardes las familias y jóvenes se reúnen en la costanera para tomar tereré y bañarse. Y también afloran, ya más tentadores por la posibilidad de disfrutar al aire libre de las noches, los campings con capacidad para cientos de carpas.
HERMANOS Y VECINOS Dos frases de la promoción turística local intentan definir a Monte Caseros: por un lado se la llama la “Ciudad de los Brazos Abiertos”, por sus calles anchas que van de Norte a Sur, invitando a la caminata mientras las chicharras se adueñan del sonido ambiente. Si el paseo es en particular por algunas de la calles como la Alvear, en épocas de bajante pueden verse formaciones rocosas que sobresalen del río, como la Meseta del Indio, de unos cuatro metros de altura.
También se la conoce como la “Capital del Carnaval del Arte”, por la suntuosidad que muestran las siete comparsas que a partir de enero salen a escena en los carnavales de Monte Caseros, una marca registrada de toda la provincia. Y como todo lo que hace a la idiosincrasia local, las culturas vecinas de Uruguay y Brasil dejan su presencia en la fusión de ritmos de batucadas y candombes que salen en las noches de verano. Con algo más de 40 años de historia, es sin dudas el gran evento de la zona, en un corsódromo que puede albergar hasta 20.000 personas.
En el día a día de la ciudad, la esencia tripartita de Monte Caseros se afirma en el acento correntino de los lugareños, que se une a una tonada uruguaya junto a un dejo de portugués. También la cultura guaraní pisa fuerte en la región y no solamente en la lengua de algunos de los locales, sino también en algunas de las barrancas ubicadas dentro de las islas de los alrededores, donde fueron hallados distintos objetos de esta comunidad. Hermanas y vecinas, las tres ciudades de esta triple frontera hacen de la región un encuentro cultural digno de visitar e investigar, haciéndose un tiempo y durante todo el añoz
Informe: Diego Abdo.
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