Domingo, 11 de julio de 2010 | Hoy
MENDOZA. APERTURA DE TEMPORADA EN LAS LEñAS
Un recorrido por Las Leñas y sus alternativas para un invierno que recién comienza. Esquí nocturno y adaptado, guardería y escuelita para los más pequeños y aventuras extremas en la montaña más glamorosa de Sudamérica, que propone pura nieve desde los escenarios naturales del sur de Mendoza.
Por Guido Piotrkowski
El centro de esquí más cercano a Buenos Aires, separado por 1200 kilómetros del centro porteño, y al mismo tiempo el más alto de todos, con base a 2240 y cumbre a 3430 metros, fue el primero en abrir sus puertas en esta temporada. Para Las Leñas, en el sur de Mendoza, es el invierno número 27 de su glamorosa historia, que comenzó el 16 de junio de 1983 con diez pistas y 400 camas distribuidas en tres hoteles. Hoy se transformó en el valle más exclusivo del país, con treinta pistas de todos los niveles y más de 3000 mil plazas en varios hoteles de tres a cinco estrellas, departamentos y dormies. El primer alojamiento, el hotel Acuario, fue justamente reinaugurado este año, luego de permanecer cerrado por refacciones durante más de dos temporadas.
Al parecer, al mentor de Las Leñas, Ernesto “Tito” Lowenstein, lo atraían los astros: los hoteles fueron bautizados Piscis, Escorpio, Géminis, Aries y Villa Capricornio, en tanto algunas de las pistas llevan los nombres de Venus, Neptuno, Marte, Urano o Plutón. Para ayudar a los esquiadores y snowboarders en sus arriesgadas incursiones, los dioses también dicen presente: Minerva es una pista y Olimpos, un parador cerca del cielo, ubicado a 2500 metros de altura.
DESLIZARSE CON CLASE El núcleo urbano más cercano a Las Leñas es Malargüe, a 70 kilómetros. Por lo tanto lo único que se puede hacer aquí es esquiar, o en su defecto snowboardear, una disciplina que fue ganando muchísimos adeptos en los últimos años, especialmente entre los más jóvenes. La vida nocturna es acotada, pero para aquellos que gustan de los placeres de la noche hay un par de lugares donde acudir: el bar El Lazo, con mesas de pool y metegol, y el Ufo Point, para los más trasnochadores.
Este es el único centro de esquí en Sudamérica en donde se llega, se deja el auto y se sale del hotel prácticamente esquiando. Nada de manejar. Para trasladarse hacia hoteles o restaurantes cuando no quedan energías para andar, hay transfers y hasta un colectivo que cubre los pequeños trayectos. Otra de las características diferenciales de Las Leñas es que posee uno de los descensos ininterrumpidos más largos del mundo: siete kilómetros combinando las pistas Apolo, Neptuno y Venus.
No hace falta ser un experto ni mucho menos para deslizarse en la nieve; aquí hay una escuela que brinda clases particulares o grupales, con profesores para todos los niveles, incluso para los más pequeños. Así lo explica Daniel Rodríguez, director de la escuela de esquí, luego de un soleado día en la montaña: “Tenemos distintas opciones para todas las edades. Arrancamos con un lugar para bebés, donde los padres pueden dejarlos cuando van a esquiar. Es el Baby Leñas, desde los dos meses hasta el año y medio. En el Mini Babies, a partir del año y medio a los tres y medio, es donde hacen la adaptación: juegan y hacen muñecos de nieve. En el Jardín de Nieve, de los tres y hasta los cinco, se les enseña a esquiar”. A partir de los seis y hasta los doce, ya pueden salir a las pistas. Este es el grupo llamado Olimpo, que al segundo día ya está en condiciones de subirse a la aerosilla. “A esos chicos los llevamos los jueves a hacer una bajada nocturna en el teleski Eros. Apagamos las luces, los instructores bajan con antorchas y los chicos van con las vinchas con linterna. Es algo que no existe en ningún otro lugar del mundo”, asegura Daniel.
Las clases para todos los niveles pueden durar medio día, un día entero o dos horas, queda a criterio de cada uno elegir la modalidad que más le interese. Para los adolescentes de 13 a 17 hay un grupo que se llama Zeus. Y para los que más saben, Las Leñas ofrece workshops para expertos. Para concluir la semana, los viernes se organiza una carrera con todos los grupos que hayan tomado clases.
Las bajadas nocturnas no son exclusividad de los más pequeños. Desde hace quince años los adultos también pueden calzarse los esquíes en plena oscuridad: las pistas Eros y Minerva, que son de nivel intermedio, quedan abiertas todos los jueves y sábados hasta las 19. Una opción imperdible, sobre todo en días no tan fríos.
ESQUI PARA TODOS Todo deporte requiere de un buen estado y esfuerzo físico; tal vez por eso muchos creen que las personas con capacidades diferentes no están en condiciones de practicar ciertas disciplinas. Pero lo cierto es que muchos deportes encontraron la vuelta para ser accesibles a las personas con discapacidad, y el esquí no es la excepción.
Christian Alías es el coordinador del programa de esquí adaptado de Las Leñas. “Nosotros nos dedicamos a enseñarles a esquiar como a cualquier otro”, explica. Christian se formó en Sierra Nevada, en España, e implementó este programa hace cinco años junto a su mujer, María Inés Grandinetti. Ellos realizan una valoración del alumno antes de su llegada al valle, que luego se profundiza para saber el nivel de exigencia. “In situ vemos cómo camina, si anda en silla, si está fuerte de brazos o no, si tiene otras dolencias. En función de eso le asignamos el profesor indicado y planificamos la clase. Disponemos de diferentes materiales para los diferentes casos que se presentan y así poder adaptarlos a la discapacidad de cada uno”, explica el instructor, destacando que algunos chicos, sobre todo aquellos con síndrome de Down, empezaron en el programa y hoy esquían en las clases colectivas. “Hay casos que requieren más tiempo que otros, pero una vez que aprenden se los puede integrar rápidamente.”
Christian, además, fue quien formó el primer equipo paraolímpico de esquí de la Argentina, que participó este año en las Olimpíadas de Vancouver, y ya está preparando un nuevo equipo para las próximas que se realizarán en la localidad rusa de Sochi en 2014. “En la mayoría de los casos, los chicos vienen porque los familiares ya saben esquiar. Así que todos se involucran, porque no deja de ser un plan familiar. Los padres se emocionan, les parece increíble encontrar en el esquí un plan vacacional que creían que era para una sola parte de la familia, y ahora se dan cuenta de que pueden participar todos.”
MONTAÑAS EXTREMAS Los esquiadores avezados que adoran la adrenalina prefieren ir por los sectores conocidos como “fuera de pista”, no balizados, y donde la nieve no está pisada. “Las Leñas es conocido mundialmente por los fuera de pista, que tienen mucho desnivel y pendiente. Hay gran cantidad de kilómetros esquiables por terrenos muy difíciles, como la Canaleta de Frankie –cuenta Gustavo Rosi, instructor nivel cinco, el más alto al que se pueda aspirar–. Siempre es recomendado contratar un guía de la escuela, que son instructores capacitados. Además, el turista debe tener un cierto nivel, ya que aquí la nieve es virgen, no como en las pistas, donde está pisada, factor que la hace mucho más difícil y peligrosa debido a la cantidad de piedras. Además, los guías saben de avalanchas y seguridad”, señala Rosi, ganador del último Freeride de Las Leñas, una competencia mundial que atrae a riders o corredores de diversas partes del mundo. Esta es una variante extrema del esquí o el snowboard, en donde cada competidor traza su propio camino en sitios difíciles de acceder. “Compiten unos cincuenta riders del extranjero y de la Argentina; es parte de un circuito mundial con varias fechas. En Sudamérica se realizan dos: una acá y otra en La Parva, Chile”, cuenta Gustavo. La próxima edición será a partir del 25 de agosto.
Otra de las modalidades “libres” es el Freestyle, en el que los más osados practican todo tipo de saltos y piruetas. El espacio ideal para la práctica es el Terrain Park, de 1500 metros, donde se puede aprender todo tipo de trucos. Es una pista negra, la más difícil de una clasificación donde las verdes son las más fáciles, seguidas por las azules (intermedias) y las rojas (difíciles).
El Extreme Expedition que proponen en Las Leñas consiste en ir más allá de lo conocido. Hay que abordar una máquina pisanieve para llegar donde los tradicionales medios de elevación, telesilla y teleski, ya no alcanzan: laderas vírgenes con gran calidad de nieve. La incursión se realiza junto con un guía que va en la pisanieve y un pistero –los encargados de la seguridad y mantenimiento en la montaña– que los sigue detrás con los elementos de rescate en caso de accidente. “Se les provee de un casco y un ARVA (Aparatos de Rescate de Víctimas de Avalanchas), un dispositivo que emite sonido por si hay una avalancha y alguien queda abajo. Es mucho mas rápido y efectivo para la búsqueda”, asevera Daniel Rodríguez.
Como jefe de pistas, Gabriel Chiguay es una voz autorizada para hablar al respecto: “Somos partidarios de que la montaña esa un espacio de libertad, pero hacemos todo por la seguridad de la persona. No podés dejar que la gente salga a matarse por cualquier lugar. Provocamos avalanchas de manera preventiva, artificial, porque si se desencadena de manera natural el volumen de nieve que puede llegar a bajar es descomunal”.
Chiguay, que lleva 25 años aquí y comanda un grupo de cincuenta personas, explica que tienen la montaña dividida en tres sectores “para tratar de ser lo más rápidos que sea posible en la atención de quien requiere la ayuda. Cuando la persona tiene algún inconveniente, alguien avisa a las telesillas, donde hay teléfonos internos. No tenés que tardar más de cinco minutos desde el momento en que te alertan”.
Adrenalina y seguridad en las pistas, noche y familia, gastronomía y deporte, en un valle que despierta y sorprende cada inviernoz
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