Dom 28.08.2011
turismo

TEMAIKEN. VISITAS EDUCATIVAS PARA COLEGIOS

Aprender a cuidar

El bioparque Temaikèn organiza visitas educativas para público en general y grupos de colegio, orientadas al cuidado de la naturaleza. Becas para escuelas con alumnos de bajos recursos.

› Por Julián Varsavsky

Un bioparque es el resultado de un concepto moderno que deja atrás los zoológicos victorianos y hace una relectura crítica de aquellos centros de exposición de animales exóticos traídos de lejanas tierras. Lo novedoso es que ahora se busca configurar una institución que combine los objetivos de los jardines botánicos, zoos, acuarios y museos de historia natural, siempre con un perfil educativo orientado al cuidado de la ecología. Y este es el caso de Temaikèn, el bioparque ubicado en el partido bonaerense de Escobar.

La filosofía de estas instituciones como Temaikèn apunta a que estos sean centros de cría y reintroducción de especies en peligro de extinción que, una vez en condiciones, son liberadas en su ambiente natural. Claro que muchas de las especie ya nacidas en cautiverio nunca pueden volver a su hábitat natural. Los recintos animales en estos casos se nutren de intercambios con otros bioparques, siempre con ejemplares nacidos en cautiverio. Además van a parar allí los animales incautados por tráfico ilegal y los accidentados en diferentes circunstancias. Allí, en lugar de estar en jaulas, viven en reproducciones de sus ambientes propios a cielo abierto.

Todos los visitantes de Temaikèn se compenetran de alguna manera con esta idea de bioparque, pero para ir más a fondo se organizan actividades y visitas con perfiles específicos, orientados a grupos familiares con sus chicos y a grupos escolares de todas las edades.

Un hipopótamo casi al alcance de la mano.

EL HOSPITAL VETERINARIO En una de estas visitas especiales a Temaikèn se conoce el hospital de animales, donde se suele ver a una monita miriquiná que fue incautada a una familia que la tenía desnutrida en una jaula para loros. Al estar acostumbrada a tratar con humanos –y al desconocer los hábitos de buscar comida– ya no se la puede liberar, pero sí utilizarla como reproductora de crías factibles de introducir en la selva. Esta monita les teme a los niños, aparentemente por haber sido víctima de maltratos.

El objetivo de contar esta historia es que los chicos aprendan a diferenciar entre los animales domésticos como el perro y el gato, y otros que no se pueden tener en casas como los monos, las arañas, los loros, los lagartos e incluso las tortugas. La idea es que, a partir de la visita, los chicos nunca más vuelvan a comprar o atrapar animales que no sean domésticos.

Previo a este tipo de visitas para grupos de colegio, el docente tiene acceso desde el sitio web a material didáctico para que los alumnos lleguen al bioparque interiorizados en los temas antes de experimentar en el terreno. Y al momento de partir se entrega al docente material con actividades para trabajar en el aula.

“Habitantes de mi tierra” es uno de los programas educativos que propone Temaikèn. Consiste en un recorrido por las eco-regiones dedicadas a Mesopotamia y Patagonia dentro del parque, resaltando la necesidad de preservar la fauna y flora nativas. Otros programas son: “Aliados en la Conservación”, orientado a identificar diferentes especies silvestres y domésticas; “Naturaleza bajo la lupa”, sobre los métodos científicos de investigación; y “Misterios de la naturaleza”, un recorrido para interiorizarse en la alimentación, reproducción y comportamiento de diferentes especies animales y vegetales del parque.

Para los niños y adultos con algún tipo de discapacidad hay programas especiales como “Descubriendo a los animales”; “Explorando la naturaleza” ideado para personas con discapacidad auditiva; y “Sentir la naturaleza”, orientado a personas con discapacidad visual.

Un parque donde los chicos se divierten y además aprenden.

TODOS LOS DIAS Al margen de las propuestas educativas –que se deben convenir de antemano–, en Temaikèn hay actividades todos los días para los visitantes en general, que están incluidas en la entrada. Entre ellas, “Pequeños chacareros” se desarrolla en los corrales de la chacra donde los chicos alimentan y peinan a las cabras, ovejas y gallinas (14 a 17.30). En la chacra se puede ver a los cuidadores ordeñando las vacas y los chicos les dan la mamadera a los terneros (16 a 16.30). Por último, en el cine 360º se proyecta el documental El arca de la vida. Los fines de semana hay una muestra de cetrería –prácticas para que las aves que llegan heridas o víctimas del tráfico ilegal recuperen su capacidad de vuelo– denominada “Rapaces en Vuelo” y tiene lugar a las 14 y a las 15 en el anfiteatro.

En las diversas propuestas de Temaikén los niños aprenden también a reconocer la flora autóctona de la exótica, la cual se recomienda evitar incluso en los jardines de las casas, ya que las nativas permiten la subsistencia de ciertas mariposas. Además aprenden a trabajar en una huerta orgánica y a fabricar tierra fértil y abono orgánico. Y descubren qué pueden hacer ellos desde su hogar, para poder contribuir a cuidar y mejorar el ambiente con propuestas de separación de residuos, reciclado, etc. La idea central de todas estas actividades es entonces convertir a las visitas en experiencias transformadoras que generen nuevas conductas cotidianas, tratando de atenuar un poco las problemáticas ecológicas de la vida modernaz

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