Dom 29.04.2012
turismo

ENTRE RIOS. CONCEPCIóN DEL URUGUAY

Termas con historia

Concepción del Uruguay es un destino de playa durante el verano, cuando las orillas del río Uruguay se ven superpobladas de visitantes, pero en contratemporada es un destino de termas muy cercano, ideal también para recordar algunas páginas de la historia nacional.

› Por Graciela Cutuli

La plaza central de Concepción del Uruguay, dedicada a Francisco Ramírez, es una de las contadas plazas principales de todo el país que no está bajo la sombra de San Martín o Belgrano. Bien se podría esperar un homenaje a la figura de Urquiza, que a pocos kilómetros tenía su imponente Palacio San José, pero tampoco: es el caudillo entrerriano de los tiempos de la independencia quien se ganó la plaza... Por supuesto, Urquiza no está lejos: a pocos pasos, en la Catedral, está su tumba, inspirada por la de Napoleón en el Panteón de París. Es que en Concepción no se hacían las cosas en pequeño para honrar a los ilustres ciudadanos de esta ciudad que fue capital de la efímera República de Entre Ríos en 1820. En las estrechas calles de su centro antiguo se encuentra la mayor concentración de edificios históricos de toda la región. Sin embargo, hoy se la conoce por otros méritos que nada tienen que ver con la historia: una playa de arena sobre el río Uruguay y un centro termal. Dos propuestas para todo el año; una ilusión de trópico para el verano y un refugio caliente para el resto del año.

La entrada a la casona colonial donde funciona el Museo Panizza.

DELIVERY TERMAL Los centros termales se suceden durante unos 200 kilómetros a lo largo de la Ruta 14 y del río Uruguay. Se siguen, pero no se parecen. Lo bueno es que cada uno busca su aspecto diferenciador: están el completo complejo de Federación, los toboganes de San José, la pileta con olas de Villa Elisa. En Concepción del Uruguay, la apuesta fue a un conjunto de bungalows muy bien puesto dentro mismo del complejo termal y un nuevo parque de agua que promete hacer a partir de la primavera las delicias de chicos y grandes con ganas de divertirse. Las termas son fáciles de encontrar: están sobre el borde mismo de la Ruta 14, en dirección a Colón. Parece un “delivery termal”: el visitante se baja del auto directamente al borde de las piletas, delante de su cabaña.

Concepción del Uruguay tiene en total diez piletas termales, con aguas de entre 32° y 41°C, y desde hace muy poco también un parque acuático con toboganes y una plaza de juegos con chorros de agua. En el mismo predio hay cabañas y bungalows de madera para pasar la noche, un restaurante que oficia también de confitería, un kiosco y un par de comercios donde se venden accesorios para el baño y artesanías. Las piletas termales se pueden disfrutar todo el año, incluso en pleno invierno, ya que están bien protegidas: por el contrario, el parque acuático estará cerrado hasta que vuelva el buen tiempo, porque todavía funciona con agua fría, sin conexión con las termales. Para entonces habrá también otra opción muy concurrida, esta vez a orillas del río: es el Banco Pelay (se cuenta que el nombre es una versión “chic” de Pelayo, un viejo pescador que solía verse por el lugar). El banco es en realidad una isla y se la considera la playa de río más extensa de Sudamérica, gracias a sus cinco kilómetros de largo. Enfrente, a poca distancia, se levanta la costa uruguaya: y un poco más lejos, a unos 700 metros, está la entrada a una zona de reserva conocida como Paseo Vera.

Dentro de unos años, un puente en construcción permitirá llegar hasta Cambacuá, la gran isla de vegetación frondosa que se ve desde la costa misma de la ciudad. Por el momento se disfruta de sus playas, cruzando con embarcaciones, pero la nueva obra permitirá acceder en auto a sus preciosas playas de arena.

Aires rurales en el sur de Entre Ríos.

CONCEPCION DE URQUIZA Concepción es decididamente una ciudad de aguas, sean termales o de río. Pero este atractivo no debe hacer olvidar que es también una ciudad de historia y cultura: en torno de la plaza están sus principales edificios, aquellos que evocan el papel local en los primeros tiempos de la independencia, cuando era el epicentro de la vida política de la actual Mesopotamia. Los vecinos la llaman con orgullo “la Histórica” y no dejan de enumerar los monumentos y los sitios históricos nacionales que le permiten ostentar ese título.

Los dos palacios de Urquiza, Santa Cándida y San José, en las afueras de la ciudad, valen por sí solos. El primero está en proceso de rehabilitación (no se visita formalmente pero es posible divisarlo en las navegaciones sobre el río Uruguay), mientras que el segundo es uno de los lugares más emblemáticos de todo Entre Ríos. La figura de Urquiza se recuerda en otros edificios de la ciudad, empezando por el Colegio del Uruguay, que fundó en julio de 1849. Fue el primer colegio laico del país y en sus bancos se sentaron alumnos que se destacaron en la vida nacional: Julio Argentino Roca, Victorino de la Plaza o Arturo Frondizi, por nombrar solamente a tres presidentes. Es una venerable institución –como se les enseña a los chicos– que ya pasó el siglo y medio de existencia. Vale la pena conocer su biblioteca, su salón de actos, el patio histórico y el museo.

La plaza es otro lugar clave: allí en 1851 Urquiza se pronunció contra Rosas, un proceso que culminaría con su victoria en la batalla de Caseros en 1852 y llevaría a la promulgación de la Constitución nacional el año siguiente. Concepción, sin embargo, tiene otros edificios y monumentos vinculados con Urquiza: empezando por la residencia que se mandó construir para cuando se encontraba en la ciudad. Esta casa fue habitada en realidad por su esposa y sus hijos, ya que se terminó de construir meses después de su asesinato. Por su parte, la tumba de Urquiza está en la Basílica de la Inmaculada Concepción y según se dice se inspiró en el sepulcro napoleónico de los Invalides de París. La basílica, por su parte, es filial de la de San Juan de Letrán en Roma.

Concepción del Uruguay es también una ciudad de museos. Y entre ellos se destaca la Casa de Delio Panizza. Esta casa colonial de 1793 recuerda a su último ocupante, un abogado que reunió una impresionante colección de objetos ahora históricos. Pero fue también la casa donde vivió parte de su vida el general Francisco Ramírez. Se conservaron pocos recuerdos de su paso, pero el museo tiene sin embargo numerosos objetos de interés: una espuela de plata que se dice perteneció al caudillo, una bandera cosida para ondear en la batalla de Caseros, los adornos del caballo con que se trasladó hasta aquí a la amante de Ramírez, una negra portuguesa llamada Delfina, un cañón naval de Garibaldi, una placa defensora de los federales que estuvo en la primera escuela de Gualeguay fundada por Urquiza, una colección de abanicos y un costurero de la esposa de Ricardo López Jordán... Son como pequeñas piezas que permiten reconstruir el rompecabezas de dos historias, la grande y la chica, que se cruzan sin cesar en los libros y en la vida. Por esta casa, hoy transformada en un agradable y muy instructivo museo donde cada uno descubrirá un objeto favorito, pasaron próceres como Belgrano, Rondeau y Balcarce.

Concepción tiene otros edificios históricos como la escuela técnica Ana Urquiza de Victorica, que había sido la residencia del yerno de Urquiza y donde se veló su cuerpo; y la capitanía del puerto, de 1848, actualmente sede de la facultad local de la UTN. El recorrido histórico termina a orillas del río, en el balneario Itapé, donde se recuerda la batalla naval del Arroyo de la China entre españoles y criollos en 1814.

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